Kiko Hernández ya empieza a preparar su final televisivo. La noticia de la cancelación de Sálvame es la más brutal para una TV en décadas. Telecinco se carga algomás que un programa: una marca, un icono, un producto que se confundía con el de la empresa misma. Este era el problema: Telecinco era Sálvame. Por su fuerza, repercusión y talante y porque impregnaba toda la parrilla, ha llegado a hacer cinco horas de programa, de 4 a 9, más el Deluxe más todos los especiales como el de Rocío Carrasco. Allí empezó el principio del final de La Fábrica de la Tele, la productora que arriesgó para ganar, y ha acabado perdiendo. El falso documental, una entrevista de parte, fue tan sesgado que media España se sintió excluida. Y a los dueños de la cadena eso no les gustó. Sálvame seguía haciendo buenos números pero insuficientes para garantizar la continuidad, un 11% no es para tirar cohetes ni en la fragmentada TV de hoy. El problema de imagen era superior.
Ahora los digitales se llenarán de qué futuro espera a las estrellitas del programa. Jorge Javier es el único que podría vivir sin trabajar más, se ha hecho rico. Ha llegado a decir que querría hacer un programa donde él hablara en castellano en TV3. De momento ya tiene un pie en la CCMA: hace de tertuliano del programa de Elisenda Carod en Catalunya Radio. Sería la bomba del año. El resto están muy preocupados. Todos en la calle con un añadido: Telecinco no los quiere. La decisión es romper con estos años y las caras demasiadas asociadas a Sálvame no seguirán. Belén Esteba, Lydia Lozano, Kiko Matamoros, María Patiño...Serà similar al final de Dónde estás corazón de Antena 3 cuando la cadena fulminó el corazón. Pero entonces todos se refugiaron en Telecinco, de Mariñas a la Patiño. Ahora no tienen dónde caer. Ninguna tele hace corazón. Belén Esteban a hacer gazpachos y Kiko Hernández en el teatro. Ya ha dado un primer paso para ganar relevancia. Por primera vez muestra a sus hijas por vientre de alquiler, Abril y Jimena de 6 años:
La noche que se sabía que Sálvame acababa, kiko toma la decisión: "Después de un día duro...llegó en casa y tengo esto...y digo...que bonita es la vida, que regalo tan grande...". Una excusa para hacer lo que siempre ha negado: enseñar a las niñas. No las muestra totalmente y tapa parte de la cara pero se comprueba que ya son mayores, el pelo, la actitud afectuosa con el padre. Una imagen que marca una ruptura y un renacimiento. Todos buscan relevancia y seguir en otro programa. Es la primera reacción típica cuando cancelan tu programa: seguir en otro. Y no siempre se puede. A menudo hace falta reinventarse, dejar la TV y aprovechar la popularidad para cambiar de profesión, medio o gremio. Kiko, Jorge, Belén, Lydia... empieza la carrera por recolocarse. Solo los mejores sobrevivirán en el medio. Nunca es una buena noticia que un programa que gustaba a mucha gente se acabe. El problema es que muchos de los que lo hacían creían que no se cancelaría nunca. Sin picos de audiencia y sin el padrino, Paolo Vasile, Sálvame ha perdido protectores. Ahora es sálvese quien pueda.
Kiko con novio e hijas
Kiko Hernández es un misterio dentro de un enigma dentro de una caja de sorpresas. El tertuliano más agresivo del programa de Telecinco nunca ha dicho con quién va a la cama y todo son especulaciones. Algunos afirman que la pareja es algún directivo o directiva de Mediaset, otros afirman que Kiko es un célibe convencido y no tiene nunca pareja. La última novia conocida fue una compañera de Gran Hermano 3, Patricia Ledesma, con quien no tuvo nada sexual. En Sálvame mostraron su intimidad y emitieron unas imágenes del tertuliano muy bien acompañado a un parque con sus hijas. No se mostraba la cara del amigo especial pero sí el cogote:
Con novio, hijas y trabajando en el teatro y en un bingo. Sálvame es ahora Sálvese quien pueda.