"Buenos días Albert, hoy vienes con un titular de máximos que después, como en los exámenes, te diré: 'argumenta la respuesta'". De esta manera recibía Lídia Heredia a Albert Om esta mañana del lunes en Els Matins de TV3. Primera mañana de una nueva semana. Primera mañana del verano. El periodista de Taradell, colaborador imprescindible en el matinal de TV3, siempre empieza semana ofreciendo su agenda particular. Y Om ha dicho una frase lapidaria: "Esta será la semana grande del verano. Se argumenta solo".
De motivos, no faltan: empieza el verano, se trabajarán dos días y medio, puente largo, la verbena, abre el ocio nocturno, puede ser que empecemos con unos indultos y fuera mascarillas el sábado. Quedémonos con algunos de estos argumentos. Desde esta madrugada ya hay algunos locales nocturnos y discotecas que han abierto. Om no ha sido entre los primeros en ir, "no me gusta ser el primero. Con las cenas hice igual, primero que lo pruebe alguien más". El colaborador quiere pasarse alguno de estos días, pero "ahora hay que ir con manual de instrucciones a las discotecas. En mi caso es un año y medio sin ir por la pandemia más una cierta inactividad previa...".
Veremos cómo le va al bueno de Om cuando tenga que bailar "sin poder llevar una copa en la mano, aquello que nos ha ayudado a tanta gente a bailar, con una mano ocupada" o cuando vaya a la barra a pedir una copa. "¿Sabes aquello que parece imposible acceder a la barra? Ahora tienes que tener metro y medio de distancia a la derecha, a la izquierda, delante y detrás". ¿Y los camareros? ¿Cómo nos entenderemos con ellos? "Leían los labios, era imposible que oyeran nada. O vamos con mascarillas transparentes...". Heredia lo corta: "O haces aquel gesto de toda la vida... Otra":
"Sí, sin embargo, ¿y la primera?", pregunta Om. "La primera tienes que ir con papelito o como sea... o quitar la música, que es imposible entenderse". Veremos cómo le irá a Om. Que lo explique. Pero de momento, ya le ha hecho una propuesta informal a su compañera de mesa: "En fin, Lídia, si quieres que un día lo probemos, sólo tienes que decirlo". Heredia recoge el guante: "Vale, lo probamos juntos, pero nos esperamos esta semana, a ver cómo va". Lídia y Albert, como todos nosotros, nos tendremos que habituar poco a poco. A pedir una copa. A bailar. A la cola de acceso. A lo que sea, pero, por Dios, qué ganas.