Todo cinéfilo sabría reconocer que Robert De Niro es una de las figuras más representativas del cine de los últimos tiempos. Ganador de premios Oscar, Globos de Oro, BAFTA y muchos más. A su espalda una trayectoria de más de 50 años en la que destacan obras como El Padrino II, Taxi Driver, El cabo del miedo, El Irlandés y Los asesinos de la luna. Ahora está de lleno en uno de los proyectos más ambiciosos de la industria cinematográfica y la arquitectura.
Robert De Niro tiene todas las puertas abiertas, no hay nada que se le resista. Es por eso que desde hace algún tiempo trabaja para poner en marcha un nuevo estudio de cine en Nueva York, Wildflower Studio. De la mano del estudio de arquitectura Bjarke Ingels Group (BIG), se alza sobre el horizonte de Queen un edificio que sobresale por su diseño vanguardista. Es una obra progresista, erigida para fomentar el futuro cinematográfico de la ciudad. En 2023 fue su inauguración y es cuestión de semanas para que abra sus puertas a las mentes más creativas de la industria del entretenimiento. La llegada de este espacio no puede ser más apropiada, puesto que la industria está viviendo un repunte con las plataformas de streaming. Además, algunos medios señalan los beneficios fiscales que ofrece la ciudad neoyorquina. Lo cierto es que se invirtió tiempo y grandes esfuerzos en este increíble monumento al arte. Te contamos más en las siguientes líneas.
Robert de Niro tuvo la idea del primer estudio de cine vertical del mundo
De Niro financia un proyecto que pasa a ser el primer estudio de cine vertical del mundo, no existe otro igual o siquiera comparable. También va un paso adelante, pues está equipado para la creación de contenidos de Realidad Aumentada y Realidad Virtual, más allá de las producciones acostumbradas. El edificio cuenta con 7 plantas, tiene 72 000 metros cuadrados de superficie, 44 metros de altura, más de 300 lugares de aparcamiento, 11 escenarios de sonido y vistas al mar. Otro aspecto interesante de la estructura es que la fachada está revestida con paneles prefabricados de hormigón, creando un ángulo dinámico que juega con el sol y permite una óptica cambiante. En su interior se va a desarrollar cine, televisión y toda clase de producciones relacionadas. Aunque los usuarios podrán disfrutar de zonas de descanso, cafeterías y gimnasio en los momentos de desconexión.
Así como se eligieron con mucho cuidado los materiales para crear aislantes acústicos, salas independientes y escenarios, se pensó muy bien en el impacto medioambiental. Uno de los aliados fue la empresa Dirtworks, responsable de la instalación de bioswales o drenajes sostenibles. Se trata de sistemas de filtración de agua que eliminan los residuos e impurezas antes de tener salida al mar. Sumado a eso, en la cubierta se instalaron 13 500 metros cuadrados de paneles solares para aprovechar la energía solar. Robert De Niro no ha dejado un cabo suelto en la creación de Wildflower Studio. Sigue haciendo historia, pero esta vez fuera de las pantallas.