A mediados de 2020 saltó a la prensa la ruptura entre Enrique Ponce y Paloma Cuevas, uno de los matrimonios más estables del panorama nacional. Aunque ocultaron la ruptura durante el confinamiento, la pareja ya estaba rota de antes. De hecho, el torero conoció a Ana Soria antes de decretarse el estado de alarma, su relación con la empresaria ya estaba dinamitada. Durante los meses posteriores, la prensa siguió muy de cerca los pasos de los nuevos tortolitos. Mientras, Paloma Cuevas guardaba silencio y se refugiaba en su finca con sus hijas, Ponce y Soria hacían gala de su amor en sus redes sociales.

Precisamente, la hija mayor de Enrique Ponce y Paloma Cuevas se enteró de la relación de su padre con Ana Soria a raíz de la prensa y las redes sociales. Por este motivo, como cláusula del divorcio, la empresaria obligó al padre de sus hijas a cesar su actividad en redes sociales con Ana Soria mientras sus hijas fuesen pequeñas. Esto explica que tanto Ponce como Soria hayan borrado sus redes sociales.

Paloma Cuevas efe

Paloma Cuevas / EFE 

El veto de Paloma Cuevas a Enrique Ponce y Ana Soria 

Y por este motivo, Ana Soria tampoco apareció en la comunión de la hija de Enrique Ponce. Tal y como cuentan fuentes cercanas a Paloma Cuevas y Enrique Ponce, las niñas lo han pasado mal con la ruptura, y además no quieren ver a Ana Soria. Al torero le encantaría presentársela, pero estas se han negado en rotundo. La familia tampoco quiere saber nada de la joven estudiante de derecho, ya que piensan que el torero engañó a la empresaria.

Habrían sido las hijas de Paloma Cuevas y Enrique Ponce quien habrían pedido expresamente a su padre que cesase su actividad en sus redes sociales si tenía que ver con Ana Soria. Les hace daño ver esas fotografías.

Enrique Ponce

Enrique Ponce / EFE 

Paloma Cuevas ha conseguido desarticular a Ana Soria, ya que en el divorcio que firmó con Enrique Ponce, también existe una cláusula en la que se les obliga a ambos a no hablar de su relación en los medios de comunicación. Por este motivo, ahora viven una vida tranquila alejada de todo en Almería mientras Ana acaba sus estudios universitarios y Enrique piensa en su regreso a los ruedos.