Ya pueden pasar las semanas, las temporadas y los pueblos que visita Quim Masferrer, que El foraster de TV3 sigue siendo un programa imbatible, la opción preferida por los espectadores catalanes, el programa más visto en nuestra casa. Cada lunes, una de cada cuatro personas que miran la tele en Catalunya están mirando como El foraster conoce a buena gente en los rincones preciosos que visita de nuestra geografía. Este lunes, en la Pobla de Lillet, en la comarca del Berguedà, en un municipio de poco más de 1.000 habitantes, el programa fue seguido por un descomunal 23,4% de share y casi 700.000 espectadores acumulados.

El bueno de Quim se ha encontrado la habitual retahíla de vecinos que han hecho las delicias de la audiencia. Ha habido de todo: un grupo de niños pequeños, preadolescentes emocionados por su primer amor, un padre e hijo que rompen estereotipos, un mosén que cuando reniega lo hace finamente, un alcalde con ganas de ver cómo Masferrer se tiraba por un puente y un pueblo con dos pasiones: los puentes, los muchos puentes que tienen, hasta 23, y ver a Quim Masferrer pasándolas canutas. Como más ven sufrir a El foraster, mejor. Y claro está, lo querían ver sufrir in situ, en su propio pueblo.

Ha habido momentos para el sufrimiento (un sufrimiento hilarante, el de ver semana tras semana a Quim atreviéndose a lo que le echen), momentos para las risas o momentos para la ternura, el amor y la inocencia. La del primer beso. Un primer beso entre una niña y un niño de la Pobla de Lillet, que, como no podía ser de otra manera, tuvo un puente como protagonista. Una imagen preciosa y emocionante que Àstrid y Bru quisieron compartir con El foraster y con todos los espectadores: "Tenemos 12 y 11 años. Este mayo cumpliremos un año".

Maravillosos.