Nueva cita de fin de semana con El suplement de Roger Escapa en Catalunya Ràdio, nueva cita de una sección indispensable, conversación íntima, deliciosa, tranquila, pausada... y nocturna, sobre las noches, sobre la vida, sobre la muerte, y mucho más, de los invitados que pasan por 'L'eclipsi'. Y este fin de semana le ha tocado el turno a alguien que hasta hace muy poquito, era la persona más vista de Catalunya cada lunes por la noche. El foraster ha dejado lugar a Crims y se estará unas semanas sin emitirse, hasta que Quim Masferrer y su equipo graben los capítulos de la nueva temporada. Para hacer más asumible la espera, el presentador ha pasado por los micrófonos del citado programa para abrirse en canal y hablar de cómo son sus noches, cómo lleva la paternidad y muchas cosas más. O, por ejemplo, de un hecho diferencial que salta a la vista con tres imágenes diferentes de tres programas diferentes de El Foraster...
Solo empezar, maravilloso y astuto Escapa preguntándole a Quim si cuando se va a la cama duerme con el vestuario que lleva siempre en el programa de TV3, un rasgo diferencial, marca de la casa, las camisas que siempre lleva, que Masferrer siempre ha dicho que no es su look habitual, que no le entusiasman, que él es mucho más de camisetas. "¿Tú duermes con pijama de camisa de cuadros, aquel pijama un poco fifi?"... "No, no, no, que va... No llevo pijama. Aprovecho para decirlo, que los reyes no me traigan más pijamas: nunca he dormido en pijama, y cada año me cae uno. Duermo en calzoncillos y una camiseta, y en verano, solo en calzoncillos". Dice que cuando vuelve de trabajar, teatro o tele, por las noches en casa, le cuesta dormir, aunque reconoce que es dormilón, "me gusta mucho echar la siesta". También le gusta dormir, cosa que no hizo la noche que ha escogido como "la mejor noche de mi vida... la recuerdo especialmente. La noche de La Marató de TV3 del año 2019 que tuve la suerte y el honor de presentar".
Después de 16 horas de directo, emociones, testimonios, acabó en el teatro del Pueblo Nuevo, sobre la una y media de la madrugada, "cogí el coche, con toda la adrenalina, y empecé a ir arriba y abajo con el coche por Barcelona y estuve más de tres horas dando vueltas solo, dentro del coche, en silencio, digiriendo todo lo que acababa de vivir: subiendo la Diagonal, cogiendo por Balmes, subiendo por Muntaner... 3, 4, 5 de la madrugada... Llegué a casa al amanecer". Le entendemos perfectamente. Imaginen qué tiene que ser para un comunicador como él, un presentador y actor que presenta y hace obras donde la clave de todo son las historias de vida que le confía la buena gente que se va encontrando por los pueblos o por los teatros, imaginen, decíamos, presentar un programa donde gente que tiene una enfermedad (en el caso de la edición presentada por Quim aquel año, las enfermedades minoritarias) se abre en canal y le emociona hablándole de su situación personal... Es totalmente comprensible que después de 16 horas oyendo historias que le llegaron al alma, decidiera recorrer y recorrer y recorrer las calles de Barcelona con el coche antes de ir a casa a dormir.
Maravilloso... "Quizás te esperabas una noche de: ¡'Uaaa! ¡Hemos estado tres noches sin dormir'! de petarlo todo, pero no he sido nunca de..." de salir demasiado de noche. Incluso, de joven, "siempre, del grupo de amigos, a pesar del descontrol, yo era el que se descontrolaba menos, el que llevaba el coche, para que nos entendamos". Apasionado por los amigos, por la gente, por las charlas, confiesa que su preocupación máxima es por el bienestar de sus padres y su hija. ¿Y en él? "¿Piensas en este final de la vida, en la muerte?", le pregunta Roger... "Oh, y tanto que sí. Mucho. La tengo muy presente y me hace desdramatizar. De vida tenemos una, por lo tanto, gastemos el tiempo en aquello que nos apasiona, no por el qué dirán. A veces tendríamos que tener más presente que somos mortales, humildad, todos acabaremos allí mismo".
Una conversación deliciosa y necesaria que vale mucho la pena recuperar.