El programa de tardes de TV3, Tot es mou, no gustó al Premio de Honor de las Letras Catalanas. Quim Monzó es temido por su franqueza y porque tiene una opinión seguida y autorizada. Al ver al cantante Pau Riba caricaturizado en la sección de Lluís Marquina, haciéndole hacer un papelón como un personaje menor, Monzó se indignó. Lo recogió En Blau: Quim Monzó estalla contra 'Tot es mou' de TV3: "Os tendrían que escupir, ignorantes". El programa de TV3 tiene mala suerte: el tuit se ha convertido en artículo en La Vanguardia. Cuando una de las columnas más seguidas del país te señala, has caído en desgracia.
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Escribe Quim Monzó el artículo titulado Y no les cae la cara de vergüenza. La parte más sangrante es contra quien decidió someter Pau Riba a valorar canciones cutres de Eurovisión como si fuera una instagramer. Sea la directora Irma Pina, el guionista Andrés Palomino o Lluís Marquina, que pone la cara a toda estae despropósito: "Fue una entrevista vomitiva. Ningún tipo de respeto por el personaje, ni interés por entenderlo y, a partir de haberlo cogido, obtener consideraciones interesantes". Monzó señala a Marquina por no estar bien documentado "para que le hiciera el trabajo que tendría que haber hecho él (o sus guionistas), Marquina invitó Riba a detallar qué significó Dioptria".
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Fue degradante, "De los dieciséis minutos de la entrevista, sólo cuatro o cinco duró la parte dedicada (es un decir) a Dioptría". Contempla cómo la TV pública del país parece más interesada en la anécdota que en lo importante "más que la música, lo que al presentador parecía interesarle era el ruido de estropicio que se oye". Monzó se apiadó de Riba "hacía cara de no saber qué pintaba él, allí en medio" y cuestiona la habilidad mental del presentador recordando "el principio de Pániker, que dice que "toda persona entrevistada acaba reducida a los límites mentales de su entrevistador".
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Al final una colaboradora, Elisenda Pineda, entra a dinamizar la conversación con Riba de la manera más torpe: "El tema de la paella es complicado porque no me gusta, estoy que no quepo en mí...". Es de miedo, decían en plató. Cierto, daba miedo. Resultado: un flojo 10,1% que deja Tot es mou lejos de sus dos competidores Sálvame 17,2% y Ahora caigo 15,4%. Cuando Quim Monzó te señala en la columna más leída de Catalunya, Vicent Sanchis toma nota.