Quim Monzó es Premio de Honor de las Letras Catalanas, el autor más vendido en catalán cuando escribía libros y de los pocos que traducen ellos mismos la columna de su diario bilingüe, en este caso La Vanguardia, en catalán y en castellano y no dejan que se lo haga una máquina. Sus tuits son escritos en muchas lenguas pero en el último aborda una de sus manías: la lengua catalana. El escritor de 69 años conoce a aquella clase de catalanes que creen que los dichos, refranes y frases hechas en catalán son una cosa del siglo pasado y que ahora "mola más" utilizar dichas castellanas:
Todo el mundo conoce catalanes jóvenes, y no tan jóvenes, que confiesan impúdicamente que ignoran o peor, conocen pero no utilizan frases hechas catalanas cuando hablan catalán. Monzò los identifica a la perfección: "Gente que, cuando lee una frase hecha catalana de uso habitual, se sorprende y dice: -Ui, qué gracia... ¡Eso mi abuela lo decía! Ellos no. Ellos ya sólo utilizan frases hechas castellanas". Son los que hablan catalán y de repente afirman con sonrisa orgullosa "El hijo es igual al padre, de tal palo tal astilla, jeje" porque son incapaces de decir "Els testos s'assemblen a les olles".
La ignorancia camuflada de falsa modernez. Cuando escuchan una maravillosa dicha catalana les suena antiguo. Quim Monzó cuando se enfada es muy directo. Apadrinad una frase hecha catalana y utilizadla cada día. Son como ositos panda: monas y en extinción.