La alcaldesa de Barcelona es una activa usuaria de las redes sociales. Las domina todas. Que si Youtube, que si Instagram o Facebook... incluso hace 'cameos' en Tik Tok, si hace falta. También, evidentemente, utiliza Twitter. Y desde hace 11 años, cuando todavía no era la número 1 de la capital de Catalunya. Es una experta. O era, mejor dicho, porque su relación con el pajarito tiene las horas contadas. La tarde-noche del domingo el mundo virtual se paralizó por unos minutos, al saberse que Ada Colau lo deja. Arrivederci, Twitter, escribía. Una carta de despedida ofrecía los motivos de esta decisión, de la que podemos extraer una conclusión: sin críticas vive mejor. Y esta plataforma es un campo de minas inmenso: cada palabra es examinada con lupa, te pueden dejar en evidencia y, en el peor de los casos, tienes que soportar a más de un usuario pasado de vueltas. Bueno, es lo que le pasa a todo el mundo, ¿verdad? La suma de estos elementos le resta a Colau: por lo tanto, cierra el chiringuito indefinidamente. La despedida es un pequeño drama, aunque tiene un par de detalles cuando menos, curiosos.

tuit Ada Colau se va de Twitter

tuit carta despedida Ada Colau Twitter Castellano

Ada Colau / Instagram

Dos detalles que el escritor y columnista Quim Monzó ha descubierto en un abrir y cerrar de ojos. El retrato es jugoso: justo después del mensaje y del epitafio tuitero, Colau escribía por última vez a los sus incondicionales. Un "hey, que me largo, pero no me dejéis de seguir". Ni en Instagram, Telegram o Facebook. Entornos mucho más controlados, algunos más amables, como el primero. Instagram es el sitio del buen rollo, del postureo, de los pies en la playa ante una puesta de sol... todo el mundo lo sabe. Este es el primer detalle que ha "sorprendido" a Monzó, que lo explica con sencillez plena de ironía. "Dejar Twitter pero no dejar Instagram". Vaaaya. Lo que pasa, y que ha remarcado el escritor más tarde, es que hacía días que la alcaldesa no recibía críticas en Twitter, porque había activado una opción que limita (o capa, directamente) los comentarios negativos: en su cuenta sólo pueden interactuar o las personas a las que ella siga (2.272 internautas, lejos del millón de seguidores que tiene) o aquellas a las que haya dado permiso expresamente.Total, que el número de fieles que se pueden dirigir a ella cabrían todos en una localidad como Begur, e incluso sobraría espacio. El resto, "ver, oír y callar". El esfuerzo de soportar criticas no parece titánico, ni mucho menos.

Quim Monzó / ACN

Respetamos, faltaría más, la decisión de cada uno respecto de las redes sociales y de determinados comportamientos abusivos que se producen en estos entornos. Pero la coherencia es un bien tan escaso...