Parece mentira, pero todavía hay quien analiza un acto solidario para luchar contra una enfermedad en clave estética. Los presidentes Quim Torra y Artur Mas han dado apoyo recientemente a los actos que conmemoraban los 25 años de la campaña "Mójate por la esclerosis múltiple". Los dos fueron el domingo a la playa de Barcelona para darse el simbólico y anual chapuzón para concienciar de esta enfermedad y recaudar fondos. Con ellos, otros miembros de la plana política catalana como el consejero de Interior, Miquel Buch, el portavoz de JxCat, Eduard Pujol, y el vicepresidente de la Mesa del Parlamento, Josep Costa, entre otros.

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"Todo el país está con los enfermos de ELA. Nos mojaremos hoy y nos mojaremos siempre", dijo Torra, mientras Buch, al que le diagnosticaron esclerosis hace veinte años, manifestó que "afortunadamente la enfermedad me permite hacer vida normal y trabajar de lo que me gusta". Como es tradición, los políticos y famosos que participan cada verano en este acto, se zambullen dentro del agua, para lo cual, llevan, evidentemente un bañador. En el programa Zapeando invitaron al estilista Josie, y "el humorista" Miqui Nadal le pregunta: "Josie, ¿llevan claramente una talla que no es la suya?"...

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"Claramente, esa es tu talla. Ahora, ¿que luego son muy aburridos? También. Fíjate, es como un parchís, una de rojo, otro de amarillo... A mí que este traje de baño seque rápido, me da igual... Tendrían que llevar algo más fotogénico que esto. Estos que llevan dan pereza y son muy antiguos de color", decía Josie, mientras el resto de la mesa opinaba que "se les pierde un poco el respeto a los políticos cuando se les ve así en bañador". Cinco minutos bromeando sobre los bañadores y cinco segundos en decir que estaban en un acto solidario. No es la única crítica que ha recibido Torra en las últimas horas basada no por sus actos políticos, sino por su aspecto. El diario El Español, incluso le llama "feo" para hablar de la reunión del lunes entre él y el presidente del gobierno. Escriben en un artículo de opinión que "no se puede juzgar a las mujeres por su físico, pero por fortuna a los hombres todavía sí". El cronista se preparaba para lo que tenía que ser "un duelo en Moncloa ante todo estético: el guapo Pedro Sánchez vs. el feo Quim Torra. Cualidades que en este caso se acomodan al ideal platónico: la belleza se corresponde con el bien y la fealdad con el mal".

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Asocian el encuentro entre los dos dirigentes como aquel duelo final del spaghetti western El bueno, el feo y el malo, "Sólo que allí, la fealdad y la maldad se repartían entre dos sujetos. En nuestra película, en cambio, ambas quedan sintetizadas en uno solo: Torra. Como ya ocurrió en la inauguración de los Juegos del Mediterráneo en Tarragona, en el encuentro de Moncloa veremos que el supremacista es aquel que intenta llegar con su ceporrismo allí donde no alcanza con su aspecto".