Uno de los cómicos y presentadores que vale mucho la pena seguir de las televisiones españolas es, sin duda, Quique Peinado. Sus análisis suelen ser precisos, pertinentes y acertadísimos, y no sólo en los diferentes programas donde colabora, sino también en sus imprescindibles redes sociales. Con la ironía por bandera, desgrana la sociedad que lo rodea. Y lo hace de manera brillante. En Zapeando o en el programa Buenismo Bien, de la Cadena SER, o, para los amantes de la NBA, en Movistar+.
Peinado peina a menudo a la clase política o la monarquía española. Maravilloso fue cuando dijo en la radio que "si existe la monarquía, digamos que la desigualdad está institucionalizada. Hay unos señores que se basan en la desigualdad y es el jefe del Estado. Si en algún momento desaparece la monarquía puede ser que el pueblo, de manera consciente o inconscientemente pueda decir: 'oye, pues igual que este era un privilegiado, resulta que este también, y este...'. Y entonces a lo mejor vamos a tender a saltar un poquito la movida. Entonces yo creo que por eso hay algunos poderes que quieren mantener la monarquía. No porque les parezca que hacen un bien al país. No porque crean que el rey de ahora es válido. Hay una serie de gente que le interesa que la monarquía siga porque instaura la desigualdad. La hace oficial. Como la hace oficial, es mucho más factible que la gente no reaccione a otras desigualdades"... Impecable:
Cuando Quique Peinado se pone profundo, acierta. Y cuándo se pone más frívolo, también. El presentador madrileño acaba de encender un debate en redes con una afirmación que no ha dejado indiferente a nadie. Ya se sabe que la rivalidad histórica entre Barcelona y Madrid no tiene sólo que ver con sus principales equipos de fútbol. Una rivalidad que viene de lejos, aumentada por el hecho de ser Catalunya la capital catalana y Madrid la española. Pero ahora Peinado rehúye cuestiones políticas y se centra en qué le dice su estómago y su cerebro cuando come un plato tan típico en todo el territorio como son... las patatas bravas.
Peinado ya empieza avisando: "Voy a decir una cosa altamente impopular y que puede polarizar aún más esta red social". Y suelta la bomba: "En Barcelona hacen mejor las patatas bravas que en Madrid". Bum. Suscribimos las palabras de Peinado. Los que alguna vez han ido al Tomás de Sarrià, a La Taverna del Clínic, a Sant Antoni Gloriós, al Vivanda, al Senyor Vermut del Eixample, a la Fábrica Moritz, a La Esquinica de Nou Barris o, a juicio de quién escribe, los que más de una vez hemos probado las maravillosas bravas de El Raconet Charrúa del barrio del Guinardó, damos fe.
Pero evidentemente, tiene más valor viniendo de un madrileño de cuajo como Peinado. Que lo diga él es que va a misa. En cero coma se ha encendido un debate en una red más alborotada que de costumbre, que se ha abonado a decir la suya:
Y porque no nos hemos puesto todavía a popularizar los entrepans de calamars, que a la que nos pongamos... que tiemblen los bocata calamares.