El valenciano Rafa Mora es uno de aquellos personajes capaces de tropezar una, dos, tres y cuarenta mil veces en la misma piedra. No aprende. Básico, limitado, impostadísimo... Desgraciadamente para él, su currículum incluye muchas más cualidades negativas que positivas. Lo vimos con su 'debut' como presentador de 'Cazamariposas', incapaz de mantener un mínimo nivel como comunicador, o recientemente zurrado en directo por la 'nueva' y multioperada Míriam Sánchez. Pero si hay un comportamiento que repite con profusión es destilar un machismo impropio de un joven de su edad. Pero claro está, Rafa el musculoso es ideológica e intelectualmente poco maduro y poseedor de un machismo bien arraigado, trabajado durante años haciendo el papel del tete a 'Mujeres, Hombres y Viceversa'.
Un machismo que le costó la expulsión del plató de 'Sálvame' después de las bonitas palabras que dedicó a Alba Carrillo, concursante de 'GH VIP', colaboradora de Mediaset y protagonista de muchas historias relacionadas con exparejas famosas. Según Mora, el único mérito de la joven: "Su hija está ahí por contar con todos los hombres con los que se ha acostado". ¿Vaya, como tú, verdad Rafa? Lo que pasa es que tus parejas interesan muy poco. Ya le gustaría protagonizar portadas por sus conquistas. Al menos, así empezó en la tele. Las palabras de Rafa indigaron a la madre de Carrillo, presente en plató. Lucía Pariente, que tampoco es ajena a las polémicas, reaccionaba: "Eso, no Rafa". Pero el chico se desató: "¿Qué es? ¿Modelo? Yo no he vendido a nadie ni soy el ex de nadie, yo lllevo once años aquí".
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Mora sabe que necesita encontrar un tema para sentarse en la mesa del programa, e intenta hacer de portavoz de Antonio David Flores, enfrentado a Carrillo en 'GH VIP'. Y claro está, se pasa de frenada. "Ya la conocemos: De profesión, cazafamosos," añadía Mora, que estaba escribiendo su sentencia. Al menos, por una tarde. Kiko Hernández, presentador del programa, intervenía: "Eso no se puede permitir. La cosa se nos está yendo de madre. Vamos a salir y nos refrescamos un poco". Refrescarse es muy poca cosa para lo que necesita el protagonista. Más bien, un milagro para llegar a ser, algún día, un colaborador que no provoque vergüenza cada vez que habla. Ahora bien, a pesar de sus traspiés, no sale de la nómina de Vasile. Todo sea por el espectáculo.