Rafael Amargo está montando un buen pollo en la prisión de Soto del Real, donde permanece encerrado desde el pasado 3 de noviembre por saltarse las medidas cautelares impuestas por el juez que lo investiga por presunto tráfico de drogas. El bailaor dejó de cumplir con la obligación de firmar en el juzgado cada quince días, y las represalias no se hicieron esperar. A dormir a chirona. Ya se pueden imaginar que la medida ha enfurecido todavía más al artista, que siempre ha defendido su inocencia y alerta de conspiraciones, estrategias malvadas y toda clase de fechorías contra su persona. Lo último ha sido negarse a comer en el centro penitenciario, una huelga de hambre.
Amargo ha agotado la paciencia de los magistrados por una conducta absolutamente desafiante: sus apariciones para estampar la firma han sido un "mínimo porcentaje" de las estipuladas, y ejecutadas "cuando lo cree oportuno" y sin ninguna justificación médica al respecto, mientras clama que le está pasando factura con respecto a salud mental. La decisión de encarcelarlo sin fianza hasta la celebración del juicio, en abril de 2024, responde también al creciente riesgo de huida del artista. En definitiva, una estrategia que su nueva abogada, Ana María Peña, ha calificado de "diabólica" y que está destrozando a su cliente. Lo ha dicho, este fin de semana, en el programa 'Fiesta' de Telecinco, con una puesta en escena lacrimógena y en la que también apareció la mujer de Amargo, dando pena a la audiencia.
El pasado 3 de enero Rafael tomaba la decisión, lo comunicaba a los funcionarios y el 4 empezaba su protesta. La abogada asegura que lo visitó 3 días después en la cárcel, y que los efectos de la huelga de hambre ya eran visibles. Un poco exagerado, pero no somos nosotros los que lo decimos, no. "Un poquito demacrado", lo describía. Con el paso de los días la cosa ha ido a peor; "dejó de llamarme y empezó en mandar en otros cogidos a llamarme. Le pesan todos los días para ver si está perdiendo peso de verdad o si está incumpliendo, y le dijeron 'elige, o te mueres o dejas la huelga de hambre', ha perdido diez kilos". No hay imágenes al respecto, pero teniendo en cuenta que el físico del bailaor ha cambiado bastante desde que estallara este escándalo, parece que estará ya en el chasis.
La nueva letrada insiste: "No existen motivos para que esté en prisión. Está cumpliendo pena cuando ni siquiera ha sido juzgado y alegan riesgo de fuga cuando nunca ha habido porque él sí acudió a juicio. Él había solicitado la puesta en libertad provisional, se le deniega y decide ponerse en huelga de hambre''. Aparte de este método de presión, parece que Rafael se contagió recientemente de la covid, dejándolo muy tocado. La argentina Lucía Bonginiano ha podido visítalo esta semana y traslada una imagen lastimosa del artista, muy delgado, recuperándose de las diversas sacudidas y esperanzado con un milagro que, a estas alturas, no llegará. ""Te quiero mucho, ya lo sabes. Aquí estamos. Acá afuera con la fuerza que a ti dentro te falte, y la fuerza que tú también nos das a nostros afuera". Un mensaje emocional, pero confuso y raro. Como el caso del protagonista.