Rafael Hernando es un hombre que no destaca por su saber estar. Tampoco por ser un hombre juicioso, conciliador ni moderado. El exportavoz parlamentario del PP con Mariano Rajoy vive actualmente la dolce vita de la política, ocupando un escaño en el Senado. Allí pasa desapercibido sin pegar ni sello, pero eso sí: es el animador de las bancadas del trifachito, gracias a su actitud bufonesca. Feliz y risueño, Hernando siempre encuentra el momento adecuado para hacer chascarrillos y quedar como un maleducado. Como ha pasado durante la sesión de control al gobierno en la cámara alta, donde ha sido inmortalizado mofándose del ministro de Cultura, Manuel Castells. ¿Por qué? Porque Castells no cumplía con los cánones estilísticos de la derecha. Un clásico.

Rafael Hernando Manuel Castells EP

Rafael Hernando EP

El pecado del ministro, ir con camiseta y americana. Y claro, él, que es un dandy de la política, lo encuentra poco elegante, casi de 'perroflauta'. Se ha hartado de reírse y hacer gracietas con sus colegas de partido, que comparten el humor made in Arévalo del de Guadalajara. Castells ha escogido un look informal, sí, pero lo realmente impresentable es su mueca ridícula, a medio camino entre un abusón de patio de escuela y una noche de Gin Tonics con Bertrand Ndongo. La red le ha trinchado con ganas, con calificativos acertados: como el ministro casual es el de Cultura, la broma era fácil: "un profesor y el tonto de la clase".

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Hernando es de los que se cree que por ponerse camisa o llevar el mismo traje y peinado desde 1995 ya es un hombre respetable. Y desgraciadamente, le faltan 15 reencarnaciones para llegar a la suela de los zapatos de Castells. Si no te gusta cómo visten los rivales (y autoridades), Rafa, recordemos aquello que le dijiste a un preso político represaliado por los tuyos como Raül Romeva. Sí, él ya sabe de qué hablamos.