El Nacional abrió este miércoles con una exclusiva de país, muy trascendental: El Acuerdo del Viernes Santo es el modelo de autodeterminación que serviría a Puigdemont. El director adjunto del diario, David González desarrollaba esta información exclusiva en un extenso, bien documentado y muy leído artículo. El conflicto norirlandés, muy sangrante a diferencia del catalán, quedó encauzado con el pacto del 10 de abril de 1998 con la autodeterminación como solución del pacto político y constitucional. El acuerdo permitió a todas las partes ver reconocidos sus planteamientos, que eran diametralmente opuestos, pero condicionados a la voluntad de los ciudadanos. Este fue el núcleo del consenso. Pilar Rahola, haciendo gala de su capacidad comunicativa, trata de explicarlo para que se entienda con un vídeo a su canal de Youtube Paraula de Rahola. Dad al play:

Youtube

Rahola: "El 5 de septiembre pasado, el presidente Puigdemont planteó cuatro condiciones fundamentales, es decir, una especie de hoja de ruta de cómo sería la negociación para la investidura. Primero planteó la legitimidad, el respeto al interlocutor. Que obviamente no se tenía. Segunda, planteó que todo el conflicto catalán saliera de la pantalla, de la vía judicial y represiva y pasara a la vía política. Y eso solo se puede hacer, lógicamente, con una orden de amnistía, con una ley de amnistía que es hacia donde vamos ahora, es decir, estamos en la segunda casilla de este proceso hacia un acuerdo de investidura. Lo veremos después de la investidura, esperamos que tras el fracaso de la de Feijóo. El tercer punto que planteaba, la tercera condición del president Puigdemont era la creación de la figura de un mediador o tal vez un relator, de una persona que, ante el hecho de que los dos interlocutores parten de una gran desconfianza y no tienen ninguna simpatía mutua porque sus intereses son confrontados, hace falta un elemento externo, una figura externa que medie y que relate el proceso tal como se produce. El cuarto punto era muy importante y tal vez ha pasado más desapercibido. El cuarto punto, la cuarta condición que puso al president Puigdemont, decía que hay que fijar como límites únicos de la negociación el marco de los tratados internacionales sobre derechos humanos y libertades fundamentales". Se entiende todo muy claro.

Tony Blair, Bertie Ahern, George Mitchell, 10 de abril de 1998, EFE

La importancia de la cuarta fase es la clave de la negociación: "Este punto es el punto que plantea entender, resolver y, por lo tanto, pactar la autodeterminación. Es lo que está fijando en estos momentos Waterloo. Lo explicaba el otro día David González en El Nacional y hace falta que lo desarrollemos un poquito más. Lo que planteará probablemente el equipo de Waterloo cuando ya estemos en la fase final de los acuerdos para la investidura es emular y recordar los acuerdos del Viernes Santo que en 1998 firmó el gobierno británico con Irlanda e Irlanda del Norte. Como bien saben, estos acuerdos fueron fundamentales. De hecho, 30 años después hay una situación de paz porque se consiguió un acuerdo entre posiciones totalmente confrontadas. Gran Bretaña, que quería conservar Irlanda del Norte dentro del Reino Unido, e Irlanda que quería la unificación de las dos irlandas en un solo país. Finalmente se consiguió, con un relator internacional norteamericano (el senador George Mitchell), respetar la decisión de Irlanda del Norte de si querrían una cosa o la otra. Es importante para los catalanes porque es la primera vez que se aplica el derecho a la autodeterminación a un país, en plena Europa occidental, a un territorio que la ONU no considera colonia. Ustedes saben, nos lo han dicho muchas veces, que nosotros no podemos apelar al derecho a la autodeterminación porque no somos una colonia, aunque muchos catalanes creemos que sí. Pero la ONU no nos reconoce como una colonia y en consecuencia hemos oído de todos los líderes políticos españoles que Catalunya no tiene derecho a la autodeterminación. Muy bien. El equipo de Waterloo probablemente apelará a los acuerdos del Viernes Santo. firmados en Belfast en 1998, que aplican el derecho a la autodeterminación en Europa occidental en un territorio que no era colonial". Jugada maestra de Puigdemont.

Carles Puigdemont con la bandera de Irlanda, foto EN

Pedro Sánchez ya puede ir revisando aquel acuerdo histórico y emular a Tony Blair si quiere ser presidente: "Igual que la autodeterminación se aplicó a Irlanda del Norte, se puede aplicar a Catalunya y se puede aplicar al País Vasco. Es decir, que la comparativa probablemente no será Escocia o no será Kosovo como se ha planteado muchas veces. La comparativa será lo que pasó en Irlanda del Norte con aquel acuerdo. Es cierto que allí en el referéndum que se hizo salió mantenerse como británicos. El resultado fue el que fue, pero hubo una decisión de las dos partes, irlandesa y británica, de respetar como principio de autodeterminación la votación de aquel referéndum en Irlanda del Norte. Es un elemento jurídico enormemente importante, es decir, jurídicamente es aquí donde tenemos que estar. El acuerdo, además, tenía muchos otros elementos de enorme importancia. Por ejemplo, planteaba que, fuera cual fuera el resultado, los ciudadanos de Irlanda del Norte podían escoger ser nacionalmente británicos, nacionalmente irlandeses o podían tener la doble nacionalidad. Como es así, en estos momentos todo ciudadano de Irlanda del Norte puede ser británico o irlandés, o las dos cosas. El acuerdo también planteaba el impulso del gaélico como lengua de Irlanda, que, por cierto, recientemente ha entrado a Europa. El Viernes Santo, por lo tanto, es fundamentalmente un concepto. No es un modelo"

Bomba en Belfast, 1992, EFE

Rahola quiere dejar claras las diferencias: No es que Catalunya sea como Irlanda, porque no lo es. Aquí no hay violencia. Aquí ha habido siempre un planteamiento político. No estamos como estaban unos y otros. Casi nada es comparativo. Es decir, que quede claro que la comparativa es casi imposible. Ahora bien, lo que es muy importante, y este es el concepto, es que se aplicó legalmente, internacionalmente con un relator, la autodeterminación de Irlanda del Norte, territorio no colonial según la ONU, en plena Europa occidental. Por lo tanto, es de enorme importancia que se tenga en cuenta que Catalunya puede también autodeterminarse, como lo hizo en su momento Irlanda del Norte. Aquí estamos: Respeto. Amnistía, que vamos hacia allí. Relator y después cómo lo haremos para sacar adelante el proceso de Autodeterminación. Hay un concepto que tenemos en el horizonte: Viernes Santo de 1998. Un acuerdo histórico". A muchos españoles se les ha acabado la matraca de que Catalunya no tiene derecho a la autodeterminación. Hay un precedente y es perfectamente válido.