Ivan Rakitic está jugando su mejor temporada en el Barça. De eso no hay ninguna duda. Lo que muchos culés no saben, es que a partir de ahora le tienen que hacer reverencias a la verdadera artífice de que el croata esté jugando en esta liga: Raquel Mauri, la mujer de Rakitic. El centrocampista azulgrana fue el invitado de ayer en El hormiguero y dejó clara una cosa: para enamorar a su pareja sufrió más que jugando la final de la Champions o cualquier clásico del Bernabéu. Hasta siete meses tuvo que trabajar Rakitic para fintar las evasivas de Raquel y para llegar al área de peligro de esta camarera sevillana. De hecho, el día que se reunió con la directiva del Sevilla, el club que lo fichó procedente de Alemania, fue a celebrarlo al bar de un hotel de la capital andaluza con su hermano y representante. Éste recibe una llamada: otro club extranjero le quiere cubrir de oro. ¿Qué dijo Rakitic? Que se quedaba en Sevilla y se casaría con la camarera.
¿Pero cómo se lo hace un croata sin tener ni idea de castellano y recién aterrizado en Sevilla para seducir a una camarera de un bar? ¿Tomando muchos rebujitos? Imposible compaginar con entrenamientos matinales... ¿Comiendo muchas tapas? Peligro de perder la línea... Lo que tuvo que hacer Rakitic fue tomar litros de café... Rakitic iba como una moto, no por los cafés, sino por Raquel. La seducción fue más larga que una pretemporada. La sevillana era más inexpugnable que una defensa con tres centrales. Y el croata tuvo que hacer el partido de su vida durante siete meses seguidos. De enero hasta agosto, cuando por fin tuvo la primera cita. Pero había que seguir ganando títulos con Raquel, había que hacer un buen partido cada día. Y Rakitic recurrió al Messi de la canción española, David Bisbal, por quién su mujer se vuelve loca. Siempre que podía le cantaba la canción 'Mi princesa', mientras aprendía castellano. Pero ayer, con Pablo Motos, también le cantó en su lengua croata.
Del amor por Raquel se pasó al amor por el Barça, su club preferido desde que era pequeño, y al amor por Messi. Compartir vestuario con el mejor de la historia no tiene precio, tal como dijo. Hablando de vestuarios, también reconoció que en el del Barça hay quien tiene cualidades escondidas bajo la vestimenta azulgrana y que a la hora de hacer rondos en las duchas juega con ventaja...
Por cierto, a pesar de lo que tuvo que sudar Rakitic para enamorar a su pareja, ella sigue siendo sevillista hasta la médula. En la próxima final de la Copa del Rey lo tiene claro: si gana el Barça de su marido estará contenta, y si gana su Sevilla, todavía más. Sea como sea, el 21 de abril habrá fiesta grande en casa de los Rakitic Mauri.