Sábado 4 de enero. Primer Preguntes freqüents del año en TV3. Una vez acabado el pleno del Parlament de Catalunya, el president de la Generalitat Quim Torra visita el programa para decir, entre otras cosas, que está dispuesto a desobedecer al Tribunal Supremo si finalmente lo inhabilita de su cargo después de la decisión de la Junta Electoral Central.
Ver a Torra ya es una imagen que provoca, de serie, convulsiones en la caverna mediática. Poseedores, creen ellos, de verdades absolutas, hace tiempo que dictaron sentencia mediática hacia el presidente de la Generalitat. Pero si además, donde lo ven es en un programa como el FAQS, diana de sus críticas, el representante máximo, dicen, del adoctrinamiento diabólico de TV3, imaginen cómo está el patio. Ramón de España es uno de los que más beligerantes se ha mostrado. No sólo con Torra, como era de esperar ("Aparte de sembrar cizaña, mostrarse siempre muy desagradable, ignorar a más de la mitad de la población y promocionar la ratafía, no sé qué ha hecho Torra por Cataluña. El día a día del paisito se lo ha pasado por el arco de triunfo porque, como los Blues Brothers, estaba en una misión de Dios"). También, y mucho, en contra del Preguntes freqüents y su presentadora, Cristina Puig, a través de las páginas de Crónica global.
El periodista acostumbra a vomitar basura hacia la televisión catalana, pero ahora ha estado especialmente abyecto definiendo la tarea profesional de Puig con el presidente Torra: "el tono genuflexo de la presentadora durante la seudo entrevista podía llegar a producir cierta hilaridad entre la gente dotada de un sentido del humor un pelín retorcido: solo le faltó hincarse de rodillas ante el Gran Hombre". No acaban aquí los dobles sentidos lamentables: "Destruir una comunidad tiene premio en Cataluña: como anticipo, nada como un buen masaje con final feliz en el FAQs de TV3".
Califica la entrevista de "auto sacramental que le habían organizado en Sant Joan Despí. El público puesto en pie --no sé si motu propio o siguiendo indicaciones del regidor-- y prorrumpiendo en aplausos fue una excelente muestra de ese estilo kitsch que tanto le gusta al nacionalismo. En resumen, una clase magistral de formación del espíritu nacional con el habitual tono soviético del culto a la personalidad". Si Quim Torra no era el personaje del día y si no era absolutamente pertinente que un programa como el FAQS lo entrevistara, apaga y vámonos. No leemos a De España mostrarse tan desagradable cuando Ana Rosa Quintana o Susanna Griso dan cabida un día tras otro a representantes de Vox o Cs zurrando al independentismo. Pero esta es la España que a De España no le interesa.