La televisión pública de este país vive uno de sus momentos más comprometidos de sus 35 años de historia. No por sus datos de share, que día tras día dominan los audímetros. Una muestra, ayer mismo: líderes en todas las franjas desde primera hora de la mañana hasta la noche. Els matins sin una Lídia Heredia coja no necesitan ninguna muleta para caminar con paso firme con Pere Bosch al frente. Un buenísimo 17,4%. De los TN no hace falta ni hablar porque tanto al mediodía como por las noches hacen subir los colores a los informativos de otras cadenas, que quedan a años luz. La tarde ha encontrado un nuevo filón con Helena García Melero. Su Tot es mou se mueve por los alrededores del 17 de share. Magníficos registros. Y los programas de late, especialmente los jueves, se lo miran desde arriba. Excelentes datos de las visitas de Joan Mª Pou a las Cases d'algú. Ayer un 16% siguiendo a un intratable Polònia que hizo la mejor cifra del día, un pletórico 23%.
Precisamente, mientras no está garantizada la continuidad del Polònia, ayer el programa de sátira política escenificaba la pugna por el control de TV3 y estrenaba personajes haciendo una parodia de Cuéntame, con el matrimonio Alcántara y su hijo en el comedor. Una serie longeva de una TVE que no tiene los apuros económicos que tiene TV3 y que cuenta con el apoyo de un gobierno español que utiliza con una diferente vara de medir la televisión pública catalana de la televisión pública española. El Ministerio de Hacienda aprieta el nudo de la corbata de Vicent Sanchís y pasa el rastrillo diciendo "dame algo" y después "dame todo". Momento crítico. El director del ente público está en un callejón sin salida intentando resolver unos crucigramas de difícil solución. Tres horizontal: "Millones que se necesitan en TV3 y que no se tienen para seguir ofreciendo una televisión competitiva". Seis vertical: "número de programas de TV3 que dejarán de emitirse por falta de dinero"... Demasiadas incógnitas. Demasiadas casillas en blanco.
Y todo, con un nuevo gobierno catalán por definir. Una situación que podría establecer un control sobre los presupuestos, aceptando una nueva partida económica y revirtiendo la situación. Sobre esta cuestión se ha pronunciado Ramon Pellicer, presentador y editor del TN Cap de Semana que ha hablado para los micrófonos de En Blau para pedir que el engranaje político del país empiece a rodar: "La solución no está en nuestras manos. La solución está en que este país se ponga en marcha, que haya un gobierno y que el gobierno tome decisiones y sepa qué tipo de televisión quiere que haya en su país".
Pellicer las ha visto de todos los colores y habla con el beneficio de ser una de las caras más respetadas por los espectadores catalanes. Enarbola la bandera de superhéroe defendiendo el trabajo de la televisión donde está, pero de sus palabras se desprende un pesimismo que ahora es más real que nunca: "Esta es una televisión que ha demostrado su prestigio, su independencia, ha tenido que luchar contra los elementos y ha salido adelante. Las audiencias le avalan. Los informes objetivos que se hacen de ella sobre su tendencia a la objetividad, sobre su imparcialidad, sobre la honestidad de sus profesionales es lo que la apoya, y acompañado de la gente que le da apoyo hace que tenga garantías que en el futuro se pueda salir. Pero la decisión, desdichadamente no es sólo nuestra".
El periodista, profundiza en la cruda realidad y lamenta un escenario de fichas de dominó que puede haber en TV3: no hay dinero - se dejan de pagar producciones ajenas - se dejan de hacer programas - se cierran corresponsalías - se pierde la competitividad. Una secuencia deprimente: "No es suficiente con los excelentes profesionales que hay en esta casa. Si la tele no tiene dinero para poder pagar los servicios que se ofrecen a sus ciudadanos, si la televisión tiene que cerrar corrresponsalías en todo el mundo, que es lo que hace que nosotros podamos explicar por nosotros mismos las cosas que pasan, es muy difícil mantener la calidad en un mundo tan competitivo como este".
¿Y las críticas? Difíciles de digerir. El director del canal ha tenido que ir a defender a capa y espada a TV3 en casa de Susanna Griso o Ana Rosa Quintana. Hemos visto a Vicent Sanchís recibiendo amenazas en nombre de TV3 de ser una televisión golpista y manipuladora.
Y en este punto, Pellicer reconoce que "este capítulo de críticas nada fundamentadas lo hemos vivido de una manera más convulsa. TV3 esta acostumbrada a encajar, porque estamos al frente de todo, encajar las críticas y hacerlo de la manera que lo tenemos que hacer, que es aprendiendo y mejorando. Pero cuando ves que muchas de estas críticas están basadas en mentiras y que son inventadas, desmoraliza un poquito". Aquí puedes ver las declaraciones de Pellicer para En Blau:
Pellicer, por cierto, ayer presentó la gala de los Premios Nacionales de Gastronomía... Mucho tendrán que cambiar las cosas para que la despensa de TV3 tenga bastante dinero para seguir teniendo productos de primera calidad.