En Telecinco se apaga la luz de Gran Hermano y parece que nunca volverá, mientras no se juzgue a un concursante por violar supuestamente a una chica dentro de la casa el año 2017. Para sofocar el escándalo, Paolo Vasile se ingenia otros realities que son lo mismo: gente confinada, gritando e insultándose, en una playa, una casa o un spa. Pero la maldición de GH existe: Mercedes Milá acabó con una depresión de caballo, Jorge Javier Vázquez con un ictus que todavía arrastra y los concursantes malviviendo. Es el caso de Raquel Morillas.
La concursante de GH 3 desde que salió del concurso ha ido por el mal camino: peleas en el plató de Crónicas Marcianas, un matrimonio fallido con la catalana Noemí, un accidente con su coche descapotable que la dejó con secuelas físicas, un par de divorcios y se arruinó por una enfermedad terrible: la ludopatía.
¿Cuál es el colmo de un ludópata? Acabar vendiendo cupones de la ONCE por las calles de Elche. Explica la revista QMD ""Desde octubre sale a diario con su puesto ambulante a vender cupones por las calles de Elche.v Vestida con el chaleco corporativo de la organización, a las puertas de un centro comercial. Siempre sonriente, la ex concursante de ‘GH’ atendía a los compradores con toda naturalidad". La revista la enseña en portada:
Sigue al gafe de GH: un bólido que se despeña.