Parece que Raquel Sánchez Silva ha utilizado el título de su programa a TVE durante la entrevista concedida al diario El Mundo: Lo siguiente. Cuarenta y dos preguntas y no hacen ni una sobre la muerte en extrañas circunstancias de su entonces marido Mario Biondo. Inverosímil. Censura o pacto indigno con el diario, pero no cuela. Ahora que se está investigando al forense que firmó la autopsia del cámara italiano de televisión, la viuda no quiere ni oír hablar de él. Seis años después de que Biondo apareciera colgado en su casa, sigue el misterio y la investigación judicial: ¿suicidio o asesinato?

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La entrevista no la firma ningún periodista porque le hacen los lectores del diario. Así ningún profesional firma que los lectores tengan que soportar 42 preguntas absurdas. Dos ejemplos: Si usted pudiese elegir un superpoder, ¿cuál sería? o ¿Cuál es tu animal preferido?. El diario acepta condiciones para entrevistar a una presentadora de TV que ha escrito un libro y está de promoción. Así estamos. Lo más probable es que ningún periodista aceptaría firmar una entrevista a Sánchez Silva si impone la condición de no preguntarle por el sumario judicial que se instruye sobre la sospechosa muerto de su marido. ¿Solución? Que la hagan los lectores y filtramos las preguntas.

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Silva tiene una respuesta buena, la que la define a ella como periodista: "Mi visión del periodismo ha cambiado. En mi novela, uno de los personajes es un periodista sin límites, sin ética y que no respeta la verdad cuyo único interés e lsograr repercusión, views y clics". Ella, si fuera la entrevistadora, no le preguntaría a ella, la entrevistada, cómo vive que se reabra el caso de la muerte de su exmarido. Así le va el programa, sin preguntar lo que haría cualquier periodista de raza. Lo siguiente hizo el lunes en Catalunya un 3,3% (España 5,9%).

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Existe una familia, los padres y hermanos de Mario Biondo, que también leerán esta entrevista buscando respuestas. Y se encontrarán con que, para Sanchez Silva, Mario Biondo no merece ni un triste recuerdo.