Hace veinte años, un joven de Santa Coloma de Gramenet, que soñaba con trabajar en la tele, fue a un casting que hacían en la Plaza Francesc Macià de Barcelona, en el antiguo plató de City TV. Allí, cada noche, se hacía un programa mítico y añorado, el Vitamina N, presentado por Jordi González. Y lo cogieron. El chico se llamaba Raúl Gómez, era simpático, alegre, ocurrente, extrovertido, guapo y tenía una química especial con las muchas personas que entrevistó como reportero, a la gran mayoría de ellas, desde el Portal del Ángel.
Después de aquello, Raúl siguió haciendo carrera, y poco a poco se ha ido forjando un sólido currículum ante cámaras, en programas como Caiga quién caiga, Otra movida, Así nos va o Maraton Man, donde ha demostrado una de sus pasiones, el running, corriendo por todos los rincones de mundo.
Desde hace unas semanas, es el presentador del concurso de TVE Te ha tocado. Dicen que los amigos no te tocan, sino que se escogen. Y los que hemos tenido la suerte de haberlo conocido y compartido confidencias y buenos momentos con él, podemos constatar lo buena gente que es, la buena pasta de la cual está hecho y como tras su sonrisa socarrona de rapaz, se esconde un hombre con un corazón gigante que se emociona con facilidad. Los amigos se escogen, decíamos, y la familia te toca. Y la que le ha tocado a él, parafraseando el título de su programa, es una familia maravillosa. Una familia que ahora se ha reunido en Porqueros, León.
En este precioso pueblo pasa los veranos el bueno de Raúl. Por mucho que haya recorrido medio planeta, en ningún sitio como allí. Es el pueblo de sus abuelos, y allí encuentra paz, tranquilidad, relax total y momentos inolvidables para cargar pilas de cara a la nueva temporada. Como el que acaba de vivir en primera persona. El presentador ha ido a ver a los abuelos con su mujer y sus dos hijas. La mayor, de tres años, ha protagonizado un momento sencillamente precioso con su bisabuelo, es decir, el abuelo de Raúl, un yayo entrañable de 94 años, que se llama Marcelino, y que como verán, tiene una energía que ya querrían muchos con la mitad de años que él.
Explica Raúl que estaban sentados en la casa cuando de repente, su abuelo, gorrito amarillo, camisa y pantalones, todo elegantón, se levantó de golpe y empezó a bailar con una de sus bisnietas cuando empezó a sonar la canción de El Arrebato Me gusta lo que soy. Y a nosotros lo que nos gusta es ver a alguien como él, con esta marcha, alegría de vivir y entregado a hacer feliz a su bisnieta. El espectáculo de los dos Gómez separados por tres generaciones es maravilloso. Incluso, hacen una especie de coreografía bien sincronizada, con giros y medias vueltas. Como dice el nieto y el padre de los protagonistas, "Quizá la vida sean estos momentos que surgen de repente y sí, mientras vivas, vive. Que la vida, es acojonante!! P.d: y cuando puedas, baila!!...
Tiene toda la razón. La vida son momentos como este, los que realmente valen la pena, tal como dice un emocionado Raúl. Orgullo de padre. Orgullo de nieto.