El número 1 de Junts pel Sí es un superhombre. Se sumerge tanto en las aguas del proceso como las del Baix Empordà en pleno otoño. Raül Romeva se debió congelar hasta la diéresis en la Radikal MarBrava. 7 km nadando desde Calella de Palafrugell, pasando por las Islas Hormigas y acabando en Llafranc. Una prueba que disfrutó no como competidor sino como ángel. Así nombran los nadadores a más veteranos que acompañan los más novatos en aguas abiertas armados con silbatoy neopreno.
El conseller de Exteriores es el más deportista del Consejo Ejecutivo y a menudo se escapa para hacer ejercicio. Nada, va en bici y hace castillos. Una hiperactividad física que la ayuda a centrarse en su tarea en internacionalizar el proceso. Ni el TC ha podido con el superconseller. El sex-appeal de RR viene de lejos. El exeurodiputado de Iniciativa- Los Verdes se hacía ver a las campañas electorales y era motivo de miraditas y codazos. Está felizmente casado y tiene dos criaturas.
El Varoufakis d ela Generalitat se mueve bien en aguas gélidas.