Dani Alves ha sido absuelto en segunda instancia por el TSJC. El caso de agresión sexual más mediático a Catalunya de los últimos tiempos por la repercusión mundial del acusado, una exestrella del Barça, ha acabado de la manera más inesperada: con la más alta instancia judicial de Catalunya corrigiendo a la Audiencia de Barcelona, el órgano que condenó a Alves con unas pruebas expuestas durante la vista que según el TSJC no fueron lo bastante sólidas para desmontar la presunción de inocencia de Alves. Algunos periodistas ya advirtieron de las contradicciones en las que incurrió la víctima en el juicio. Ahora el TSJC considera insuficiente el testimonio de la chica. En cualquier caso Alves ya había cumplido su condena y salió en libertad después de 14 meses en la prisión. Ahora queda otro recurso al Tribunal Supremo que será quien, definitivamente, decidirá quién tiene razón. Alves hoy se siente más inocente y la primera reacción de su entorno no ha sido de la pareja de Alves, la modelo canaria Joana Sanz, sino de la madre del jugador Lucia Alves en Instagram:


El primer mensaje recupera un fragmento del Evangelio de San Marcos: "Y diciendo: el tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. Arrepentíos y creed en el Evangelio". La madre siempre creyó en la inocencia de su hijo y se refugió en su fe católica. Cuelga una foto con Dani Alves y escribe: "Gracias Dios mío por todo". Lucía Alves está investigada por la justicia precisamente por lo que colgó en su Instagram: fotos de la chica que acusó a Alves de violación con su nombre y apellidos. La madre del futbolista también expresaba que la víctima "perseguía la fama y el dinero". Lucía Alves retiró el vídeo de su perfil pero las imágenes corrían ya por internet. El juez de Instrucción había prohibido expresamente difundir la identidad de la víctima.

Hay que recordar que Alves también cometió varias contradicciones en su versión de los hechos pero las cometió en fase de instrucción, cuando se investigaba el caso. Eso no ha penalizado su credibilidad ante el tribunal que lo juzgó, que se atuvo a la declaración de las dos partes, acusadora y acusado, durante el juicio. La declaración de la víctima fue a puerta cerrada y no fue pública, y ahora mirada con lupa por un segundo tribunal con más autoridad que el primero concluye que no fue lo bastante sólida. Ahora otro tribunal, el más alto del Estado en materia penal, el Supremo de Madrid, tendrá que decidir quién tiene la razón. La sociedad, sin embargo, ya ha dictado sentencia contra Alves.