Desde que ayer a última hora de la noche se supo el acuerdo que anunciaron PSC, ERC, Junts y los comuns en relación a la reforma de la ley del catalán para hacer frente a la imposición del Supremo de un 25% del castellano en las aulas, todo el mundo ha dicho la suya. Algunos, justificándolo, como la exconsellera de Ensenyament, Irene Rigau. La mayoría, sin embargo, poniéndose las manos en la cabeza, como Quim Torra, que estalló, "No en mi nombre", Lluís Llach, en la misma línea, "Un día de vergüenza nacional", el abogado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, escribiendo un tuit en catalán íntegramente, "La mejor manera de proteger una lengua es hablarla sin limitaciones" o Pilar Rahola, que resumía la vergüenza y la indignación que sentía con un par de tuits con cuatro palabras. Por una parte, "Desolada" y de la otra, "Humillación, rendición y vergüenza":

Este viernes, en su canal de YouTube, un Palabra de Rahola más imprescindible que nunca. Digerida la decepción y la sacudida inicial, la escritora ha ido más allá y no se ha mordido la lengua a la hora de expresar lo que le corre por las venas después de la noticia: "Formo parte de la amplia cantidad de personas de este país que ayer se sintieron profundamente indignadas por el acuerdo que hubo de partidos". La indignación de Rahola y tantos de otros, en un momento donde hay que defender la escuela y la lengua catalanas más que nunca, responde fundamentalmente a tres conceptos: "El primero: el catalán no es una cosa cualquiera. El catalán es un tema troncal de la identidad nacional catalana y por eso mismo, ha sido ahuyentado, perseguido y violentado durante siglos por parte de la concepción del nacionalismo español claramente imperialista en términos lingüísticos". Rahola recuerda que el catalán no parte de una situación de normalidad, "no es que no tenga estado, es que tiene un estado que lleva tres siglos intentando destruirlo". Otro hecho evidente para ella es que el "catalán tiene que disfrutar de amplios consensos para ser defendido. Yo no quiero que el catalán sea la bandera del independentismo o del soberanismo o de cualquiera. Quiero que lo defendamos desde sensibilidades diversas. No tiene que ser la lengua de las barricadas, sino de las mayorías, unas mayorías donde hacen falta los comuns y los socialistas". Rahola tiene la certeza de que "ayer se hizo muy mal", pero también está convencida que "los partidos independentistas, de gobierno, que firmaron el acuerdo, lo hacen con toda la buena intención, a pesar de la premura que representa intentar blindar como sea la ley ante la ofensiva del TSJC. Pero no lo hicieron bien".

acuerdo

Las prisas, y más en una cuestión como esta, son muy malas compañeras. "Una modificación de la ley de política lingüística, con la sensibilidad que eso tiene, y en la escuela, ¿se resuelve corre que te las pelas y de cualquier manera, por la noche, con una foto de cuatro personas que no conocíamos de nada, donde no hay ni los líderes? Parecía una foto a escondidas, con nocturnidad y alevosía, casi". Más: "Un acuerdo sobre la lengua, de ninguna manera se puede hacer sólo desde el consenso político. ¿Sin la Plataforma para la Lengua, sin los sindicatos que han estado trabajando, sin la asamblea amarilla de los padres y las familias en favor del catalán en la escuela, ¿qué consenso tienen ustedes? Sólo el consenso social y educativo permitirá creer en un consenso político. La foto es muy desgraciada. Dejen de creer en jerarquías". Queda un tercer concepto en la ecuación. Rahola puede entender que hagan falta una modificación y la intención de intentar blindar "para que los jueces dejen de meter la pata como elefantes en la escuela en catalán convirtiéndose en legisladores". Eso no quita que haya cosas del texto que considera un "desastre: como dejar toda la decisión en los directores de las escuelas... ¿Qué quieren ustedes? ¿Convertir cada escuela en una batalla campal? ¿Ponerles los focos? ¿Y qué hacemos con las aulas de acogida? Un desastre". Y sobre el castellano, "es verdad que está blindado desde el recorte del estatuto en el 2010, pero tal como lo reformulan ahora también eso hace sufrir".

Manifestación maestros profesores contra 25% castellano, barcelona - Sergi Alcàzar

Foto: Sergi Alcàzar

Después de oír los argumentos de los firmantes, Rahola recuerda que "precisamente por la sensibilidad con la lengua que tenemos y con el compromiso con el idioma de generaciones de catalanes que han luchado por salvar las palabras, que decía Espriu, estamos dispuestos mucha gente a tener confianza, a ver cómo lo hacen, cómo se plantea la modificación. Explíquenos todo eso, y si realmente hay un consenso educativo y social, estaremos en una situación diferente. De momento, enfadados y expectantes. ¿Tenemos que renovar la confianza? Esperémoslo. Busquen consensos, pero no sólo en las jerarquías políticas, porque el catalán es cosa de todos. Sí, queridos partidos políticos: lo habéis hecho bastante mal. ¿Las intenciones eran buenas? De acuerdo. ¿La voluntad es llegar a buen puerto? De acuerdo. ¿Servirá para que los tribunales dejen de meter la pata? Lo dudo. De momento, enfadados, expectantes e intentando renovar la confianza":