Parece que Tamara Falcó había sido hechizada con algún tipo de brujería negra, y es que la marquesa de Griñón no conseguía establecer una relación seria con nadie. De hecho, en una ocasión estuvo a un paso de hacerse monja y servir a Dios, el verdadero amor de su vida. Sin embargo, hace un par de años apareció en su vida Íñigo Onieva, pero desde su círculo íntimo se criticó mucho la relación, y es que el empresario de ocio nocturno tenía muy mala prensa. Le gustaban demasiado las mujeres. Efectivamente, cuando estaba a un paso de casarse, ‘Sálvame’ destapó una infidelidad del joven. La hija de Isabel Preysler prometió que no volvería con él nunca más, se sintió humillada y traicionada, pero a sus cuarenta años no podía quedarse más tiempo soltera, era ahora o nunca, su última oportunidad para formar una familia. A Tamara le encantaría ser madre, pero parece que por ahora los astros no se han alineado para ello y está a punto de cumplir los 43 años, así que su futuro hijo no nacería hasta sus 44 años.
Tamara Falcó solo se acercaba a hombres adinerados
Tamara Falcó ha tenido varios pretendientes a lo largo de su vida, pero con la mayoría de ellos la relación no funcionó, en parte por culpa del ambiente en el que se movía y de Isabel Preysler. Destaca el atractivo Marco Noyer, un financiero francoargentino, con el que comenzó a salir en el año 2006. La relación duró tres años, uno de los motivos oficiales de la ruptura sería la distancia, ya que él vivía en París y ella en Madrid. Isabel no quería que su hija abandonase su casa. La quería tener controlada. Finalmente, en 2018 Marco Noyer se casó con la heredera estadounidense Bryna Butler, hija del presidente de Subaru en EE. UU.
Después de Marco Noyer apareció en su vida el economista italiano Tomasso Musini. Ambos compartían piso, y de compañeros de piso pasaron a novios en un abrir y cerrar de ojos. Salieron juntos entre 2010 y 2011. A día de hoy, Tamara y Tomasso mantienen una buena relación, incluso alguna que otra vez han ido a misa juntos. Siempre ha buscado personas muy afines a sus creencias y de un alto poder adquisitivo, con una familia bien posicionada y adinerada.
Isabel Preysler siempre ha querido casar a Tamara Falcó con personas muy importantes de las altas esferas. Hace años incluso intentó juntarla con miembros de la realeza. Y si no fuese por la edad hubiese intentado emparejarla con Felipe VI, debido a su contacto con Juan Carlos I.