¿Qué regala el chef más conocido de España, lo que hace más audiencia y el más rico a sus siete hijos? Lo confesó en su cadena Antena 3 Karlos Arguiñano: "En nuestra familia ya no hacemos regalos, plantamos árboles. Cuando ya tienes tantos hijos y nietos, lo tienen todo. ¿Qué las regalas? Entonces empezamos en regalarnos árboles. Tengo hayas, robles, castaños, frutales...". Es el más humilde, el más amado y el mejor de todos los cocineros mediáticos del país.
Hace 35 años que tiene un programa diario de cocina, antes en TVE y ahora en Antena 3, que acostumbra a ser líder de audiencia a los mediodías. Se emite cuando se está preparando la comida. Empezó a hacer tele cuando tenía 40 años, por lo tanto, ahora su edad es de las que tiene buena pinta lucir: 76 años, pero ni piensa en jubilarse. Sigue al pie del fogón. Se mantiene al frente de todos sus negocios relacionados con la hostelería en Guipúzcoa: el restaurante-hotel KA y la escuela de hostelería Aiala, los dos en Zarautz, y las viñas y la bodega K5 en Aia, a unos 20 km. Tiene una socia principal, su mujer Luisi Ameztoy. Y aparte cuentan con un ejército de siete hijos, siete, colocados estratégicamente en diferentes ámbitos de la empresa familiar.
Los hijos, cinco chicos y dos chicas, no son muy conocidos excepto el más mediático, Joseba, el repostero, que se dedica también a hacer TV con un programa de cocina a Euskal Telebista. Aparte tiene dos obradores donde hace repostería, elabora pasteles, brioches y postres dulces. Es lo que más se parece a su padre, por desenvoltura delante de los fogones y de las cámaras, y por su físico. Karlos padre y Joseba son muy parecidos:
Karlos Arguiñano: "Egun on, buenos días. Disfrutando con los hijos: Eneko, Zigor, Txarli, Martin y Joseba. ¡Qué gustito, Qué placer! Os deseo un buen fin de semana a tod@s". pic.twitter.com/8hTv9FStXt
— Karlos Arguiñano (@karguinano) January 4, 2019
El resto de hermanos son también muy vascos. Eneko es el primogénito y es jefe de sala del restaurante familiar. En la foto de hermanos es el calvo del final que se tapa con una gorra. Tiene 48 años. Después viene Zigor, que hace de cabeza de cocina al mismo establecimiento. No quería ser cocinero, viendo el sacrificio de su padre. A una entrevista confesó "Estudié mecánico naval, pro-bien lo que era trabajar en el mar y me fui en un petrolero. Sabía que cocinar era duro, que no iba a poder disfrutar mí tiempo libre cono mis amigos o hacer surf que practicaba en campeonatos, aunque me gustaba cocinar". Y acabó en los fogones. La sangre es más espesa que el chocolate.
El cuarto hijo es Martín, lo que se encarga de la parte administrativa de los negocios familiares. Si Zigor es el sucesor del padre, Martín es el sucesor de la madre al frente del personal del hotel, el bar, el restaurante: "patrón y guía de nuestro equipo de trabajo, gestiona diariamente la marcha del hotel y el restaurante, cuidando del barco":
El quinto hijo chico es Karlos, conocido familiarmente como Txarli, lo único que no se dedica al negocio familiar, la oveja negra. Trabaja en un sector muy determinado del mundo del cine, es director de fotografía de películas como la imprescindible Maixabel de Iciar Bollaín. Confesó que "me Saborea guisar. Aprendí mucho con mi padre. De hecho, en casa de mis aitas, cuando celebramos algo, quizá sea el que más cocine. Para la familia cocina mí padre y como segundo estar yo".
Y las chicas, la primera es Amaia, la viticultora que tampoco quería saber nada de cocinar y estudió ingeniería para trabajar en el mundo del motociclismo, donde el padre invirtió. Ha acabado siendo la responsable de la bodega y las viñas Arguiñano que elabora vinos a guipuzcoanos. Estudió Dirección de empresas Vitivinícolas en La Rioja.
Y queda María Torres, en que es la hija adoptiva de Karlos y Luisi. En los años 90 el éxito del chef en TVE lo hizo marcharse una temporada larga, cuatro años, a Argentina a hacer programas para la TV de allí. La chica era la asistenta de la casa donde vivía el cocinero vasco en Buenos Aires. Maria aprendió de cocina observante lo mejor y acabó viniendo a Euskadi, estudiando para chef y ejerciendo de mano derecha de la jefe de cocina del local familiar, su hermano. "Ellos son familia, mis padres adoptivos, mis hermanos, trabajamos de igual a igual. ¿Donde podría estar mejor"?.
Los Arguiñano tienen de todo: el famoso, la oveja negra, la adoptada... Pero un tiro en común, adoran a su padre y su madre. Y se regalan árboles por Navidad. Maravillosos.