La entereza que está demostrando Jordi Cuixart después de llevar tantos y tantos días en la cárcel es de las que emocionan. Su talante, su optimismo, su sensibilidad y lo que dice y lo que hace sólo pueden corresponder a alguien con una calidad humana difícil de superar. Da la sensación como si fuera él quien a menudo, falto de libertad, sea quien anime a todos aquellos que le quieren y que se afanan por un resultado justo en el juicio desde el exterior.

Por no hablar de la actitud positiva y ejemplar de su pareja, Txell Bonet, que el otro día le confesaba a Juan Carlos Monedero en Público TV que estaba especialmente contenta porque había ido a ver a su compañero al Tribunal Supremo:  "Ir al Supremo, aunque sea para que él gire su cogote dos segundos, y yo le vea, y nos podamos saludar en la pausa cinco minutos, para mí ya es mucho. Por eso vengo cargada de energía".

@TxellBonet

Màrius Serra es, posiblemente, una de las personas que más sabe de letras en Catalunya. El escritor, periodista y enigmista, erudito estudioso de la lingüística y los juegos de palabras, también es un ser positivo como pocos, y eso que a menudo la vida tampoco se lo ha puesto fácil. Sensibilizado especialmente con la injusta situación de los presos políticos, el 22 de abril del año pasado, día que Jordi Cuixart cumplía 43 años, y los celebraba, evidentemente, desde la prisión, le regaló al presidente de Òmnium uno de sus habituales crucigramas.

Ahora quien ha celebrado años ha sido el autor de los populares Enigmàrius. El pasado 1 de mayo, Día del Trabajo, fue su cumpleaños. 56 le contemplan ya. Y probablemente haya recibido uno de los regalos más emotivos y significativos que nunca le hayan hecho llegar. Él mismo lo ha revelado en su cuenta de Twitter.

@mariusserra

Un regalo en forma de carta. Un presente en forma de 33 palabras manuscritas desde Soto del Real. Un regalo de vuelta que toca la fibra de Serra y de los que han visto de qué se trataba. Porque es un regalo obra de Jordi Cuixart desde la prisión, basado, como no podía ser de otra manera, en las palabras y los juegos lingüísticos. Le escribe Cuixart: "Queridísimo Màrius, hoy soy yo quien te escribe a ti. Con toda la estima y ternura. Felicidades. Tuyo, Jordi Cuixart". ¿Y qué le escribe? Ni más ni menos que un acertijo, sencillo, sincero, concreto, que emociona al resolverlo: "Lo es la estatua y el mercado y un deseo bien anhelado. De nueve letras".

A medida que la red iba encontrando la solución, iba expresándole su emoción:

Nunca nueve letras, nunca una simple palabra, podía ser un regalo tan sobrecogedor y deseado. Esperamos que le regalen a Cuixart el mismo regalo. Envuelto con un lazo amarillo.