Durísimo momento el que durante la mañana del domingo 28 de febrero ha vivido la reportera catalana Laura Roigé, del programa de Telecinco, Socialité. La de Manresa, Barcelona, se ha desplazado hasta la casa de Maite Galdeano para saber cómo se encuentra su hija, Sofía Suescun, y su pareja, Kiko Jiménez, después de ser ingresados en el hospital por culpa de una mariscada que cenaron el sábado 27 de febrero. Sin embargo, a su llegada se ha encontrado con una situación que no esperaba. Remi, el novio francés de Galdeano, completamente fuera de sí, ha amenazado, insultado y casi agredido a la joven reportera, quien ha terminado llorando.
"Ha sido una situación muy desagradable, el comportamiento de Remi ha sido una vergüenza", contaba Laura entre lágrimas, metida en el coche de regreso a la televisión después de su duro enfrentamiento callejero. "Se ha puesto a insultarnos y le ha faltado muy poco para llegar a las manos", ha añadido la periodista. "Ha sido una situación muy violenta. En el momento he aguantado la compostura, pero cuando pasa algo así luego te hundes por los nervios porque ves que estás hablando con una persona que no está en tu misma frecuencia".
A su llegada al plató de Sociaité, Laura Roigé, arropada por María Patiño, ha seguido contando a los espectadores el duro momento que ha vivido. "Se ha puesto a gritar y me ha dicho que si su imagen salía por la tele me vendría a buscar. También me ha dicho insultos racistas, llamándome española, y levantándome la mano. Se me encaraba y se me tiraba encima", decía la de Manresa, aún en shock por lo vivido.
Un bochornoso espectáculo del que María Patiño también ha opinado. La gallega, en el punto de mira de sus compañeros, ha dicho: "Las personas que no son capaces de comportarse de manera normal, deberían estar encerradas". Además, puestos a repartir estopa, ha añadido: "Hay personas a las que les ha sentado mal la mariscada, pero a Remi le habrá sentado mal otra cosa". Una sutil manera de decir que la pareja de Maite Galdeano, supuestamente, llevaría una mala vida. El francés se gana la vida como investigador. Pero no especifica de qué. Después de lo ocurrido, todo cobra más sentido.