Queda justamente un mes para poder vivir la gran final de Eurovisión 2024, con Nebulossa como representantes, parece que el público cada vez se engancha más a las canciones e iconos que participan en el Benidorm Fest. Desde que el fenómeno de Chanel llegaba a Turín, cada año el festival de preselección de nuestros representantes tiene mejor recibimiento. Pero el camino para escoger la mejor propuesta no ha sido siempre tan fácil y público. Antes los eurofans no tenían ni voto ni palabra en la elección de la candidatura, digamos que la delegación española del festival era más oscura, o así lo han descrito algunos. Llevar la etiqueta de representante de Eurovisión comportaba estar bajo el mando de la organización, si pensábamos que la opinión del público no importaba, resulta, pues, que la del artista protagonista tampoco.
España no ha acabado de triunfar nunca dentro del festival, ya sea por cuestiones políticas, por la competencia o por un fracaso constante en las propuestas, pero nunca encajábamos. Pues bien, entre la infinita lista de artistas y canciones que no han pasado de la vigésima posición, os refrescamos la memoria si no os acordabais de aquella chica vestida con una camiseta de lentejuelas, un recogido y un baile de pies al son de 'Yay Yay Yay'. Nos referimos a Barei, la candidata de Eurovisión el año 2016 en el escenario de Estocolmo consiguió la 22.ª posición con un total de 77 puntos. Entonces, una posición que todo el mundo esperaba, llevaba una canción pop bailable con una coreografía más o menos contagiosa y visual, pero como era de esperar no encajó entre el público europeo y, seamos sinceros, entre los españoles tampoco acabó de convencer nunca. Toda esta teoría podría caer a trozos después de que el artista haya destapado la parte más obscura de la organización.
Desde su actuación en Estocolmo casi que no la habíamos visto, su recuerdo se había quedado cerrado en un baúl, pero ella ha seguido trabajando de la música o al menos lo ha intentado. Barei se cogía con fuerza a la oportunidad de representar en España en Eurovisión, se pensaba que era la carta de oro para dar rienda suelta a su creatividad artística y crear el espectáculo que siempre había tenido en mente, lo que no se esperaba es que el camino hasta el escenario fuera de lo más complicado. El exrepresentante del festival se sentaba en el PopTalk pódcast, ha hablado de la experiencia, mejor dicho a despotricar de esta. Resulta que después de batallarse con el organizador para conseguir 'la mítica caída' y apagar las luces, no llegaron nunca a enviar las directrices de realización.
"Llego el primer día, supuestamente después de enviarlo todo, me metía en la sala de la visualización y decía, es que no hay nada de lo que hemos dicho, y tengo cinco minutos para arreglar esto, y tengo toda la prensa esperándome en una rueda de prensa en que tenía a Federico pegado aquí. No se apagó la luz cuando se tenía que apagar, cuando miraba a la cámara de frente que era para hacer un plano cercano se encendía la otra luz" Muy fuerte, las indicaciones de la artista sobre el espectáculo no llegaron nunca, entraban por un oído y salían por otro, daba igual lo que dijera, y por eso incluso amenazó al abandonar la candidatura. "Dije me voy, me da igual el contrato, lo veremos con abogados. Al cabo de media hora me llama y me dice, vale, vale que sí Barei, que te puedes caer tal..."
"¿Y qué haces? Pues dices, haremos algunos cambios tal, estoy contenta, ha salido bien, pero por dentro queriendo gritar, llorar, cagarme en su puta madre o sea imagínate" La experiencia de la artista madrileña hunde por completo en Federico Llano y la antigua delegación española que había. La propuesta de la madrileña le caía a trozos, era un muñeco del espectáculo. Say Yay Yay tenía una puesta en escena bastante mediocre, Barei no lo perdona y los eurofans todavía sentencian la experiencia del 2016.