En el mundo de las relaciones románticas, los hábitos compartidos pueden convertirse en el sello distintivo de una pareja. Cenas en restaurantes favoritos, escapadas a destinos icónicos y, en el caso del célebre escritor Mario Vargas Llosa, retiros terapéuticos en Marbella. El galardonado Nobel ha convertido esta hermosa localidad de la Costa del Sol en su refugio personal, donde repite un ritual con todas sus parejas, generando tanto admiración como comentarios sobre su peculiar forma de relacionarse con las mujeres con las que ha compartido gran parte de su vida.
Recientemente, el espacio televisivo de Atresmedia reveló que Vargas Llosa ha regresado a Marbella durante el verano, esta vez con su ex esposa, Patricia Llosa, y su hijo Álvaro, para participar en su habitual retiro en la Clínica Buchinger Wilhelmi. Esta clínica, famosa por sus tratamientos de ayuno y depuración, ha atraído a numerosas personalidades a lo largo de los años, convirtiéndose en un verdadero oasis para el bienestar integral. Pero, ¿qué actividades se llevan a cabo realmente en estos retiros? ¿Y qué es lo que motiva a Mario Vargas Llosa a regresar con tanto entusiasmo a esta rutina de autocuidado?
Un tratamiento terapéutico al alcance de muy pocos
La Clínica Buchinger, con sede en Marbella y Alemania, es famosa por su enfoque integral en la salud, donde se combinan prácticas de ayuno con ejercicio físico y meditación. Vargas Llosa sigue un programa de 14 días que, según sus propias palabras, le permite "recargar pilas". Durante este tiempo, los pacientes consumen solo caldos, zumos e infusiones, un régimen que puede costar entre 5.000 y 30.000 euros, dependiendo de la habitación elegida. Para algunos, esto puede parecer un despilfarro; para otros, representa una valiosa inversión en su bienestar y calidad de vida.
El Nobel ha compartido que su día “comienza muy temprano en la playa con una caminata de una hora junto al mar. Hago media hora de chi kung, una gimnasia china muy relajante que trabaja la respiración. A continuación, nado”. Pero la gran pregunta persiste: ¿es este un método efectivo para lidiar con el estrés que genera una vida pública intensa, o simplemente una excusa para disfrutar de un paraíso veraniego en buena compañía?
Un escenario de posibles reencuentros
Lo más intrigante de esta tradición es la posibilidad de que Vargas Llosa se encuentre nuevamente con su ex pareja, Isabel Preysler, mientras está acompañado por su ex esposa, Patricia Llosa. Y es que, durante su relación de ocho años, la madre de Tamara Falcó también fue su compañera de retiro en Marbella, y ahora que ambos continúan asistiendo a la misma clínica, las posibilidades de un reencuentro entre la socialité y el autor de "La ciudad y los perros’ son elevadas. El foco de la atención de los medios sobre las escapadas terapéuticas de Mario Vargas Llosa va más allá de su estado de salud; también se enfoca en su vida sentimental, alimentando la curiosidad del público. Cada verano, los flashes de las cámaras lo siguen, transformando cada paseo y cada caminata por la playa en una posible noticia de último momento.