Cifras y letras se está liando con las cifras. Concretamente con el sueldo del presentador Aitor Albizua y los dos colaboradores, la experta en letras Elena Herraiz y el experto en cifras David Calle. Ha sido este matemático y youtuber quien ha recibido los ataques más viscerales de las redes ultraderechistas y él ha viralizado la polémica respondiendo a ella en twitter. Todo viene de una consulta parlamentaria a TVE preguntando por el coste del concurso que se emite en La 2 cada noche, heredero de aquel Cifras y letras que hace décadas presentaba en los mediodías de La 2 la catalana Elisenda Roca, una periodista que curiosamente ahora pone la voz del otro gran concurso cultural de La 2, Saber y ganar. El nuevo Cifras y letras es un oasis nocturno en medio de la guerra Broncano-Motos, en realidad una demostración diaria de cómo el buen ambiente desnuda al egocéntrico Motos.

Cifras y letras, TVE
Cifras y letras, TVE

La tercera vía, Cifras y letras, también de la TV pública atribuible a Pedro Sánchez, recibe las iras de influencers de ultraderecha tan cortos como Wall Street Wolverine que critica el coste público de un programa cultural mientras vive exiliado en Andorra para no pagar impuestos. Otro falso patriota. La polémica no habría salido del lodazal de la ultraderecha si el matemático David Calle no se hubiera enfrentado a él. TVE hace públicos el sueldo del presentador Aitor Albizua, que cobra 160 mil euros al año (8200 euros limpios cada mes) y los sueldos de los dos colaboradores: 58 mil euros al año cada uno (3400 euros netos al mes). ¿Es mucho o poco? Es difícil decirlo. Comparado con el sueldo de un cajero de Mercadona o comparado con el sueldo de Pablo Motos. Pues depende. No son unos números escandalosos para un programa estatal en prime time. Pero es carnaza en manos de un individuo que pontifica viviendo en Andorra para evitar a Hacienda. La respuesta de David Calle es mesurada:

Elena Herraiz, TVE
Elena Herraiz, TVE
David Calle, TVE
David Calle, TVE


David Calle cobra 250 euros por grabar las tres horas de cada programa. Lo que no está pagado es tener que luchar contra la ignorancia de los fanáticos que acusan al matemático literalmente de ser un "estafador" por no haber pasado un concurso público, como si eso fuera exigible a todos los colaboradores que salen por TVE. Un matemático luchando en twitter contra analfabetos que no quisieron ni el graduado escolar. Esta es la magia de twitter. Y la parte absurda.