Este sábado el programa Col·lapse de TV3 llega a una cifra importante. Ni más ni menos que 100 programas, 100 noches de sábado con Ricard Ustrell y compañía, en un programa por donde han pasado centenares de invitados y los que todavía pasarán. Antes de que llegue este centenario y especial Col·lapse, su director y presentador ha mirado hacia atrás y ha hecho algunas jugosas confesiones sobre algunos de los VIPS o celebrities que han pasado por allí. Por ejemplo, revelando el nombre de quién todavía no ha ido al programa y a quien le encantaría entrevistar si fuera posible. ¿Quién? Por una parte, alguien de casa, uno de los escritores más exitosos de Catalunya como Quim Monzó ("hace mucho tiempo que me gustaría entrevistarle, pero sé que no da muchas entrevistas"). De la otra, siempre lo ha seducido el mundo norteamericano, y en este sentido, un nombre destaca por encima del resto: "Michelle Obama. Pero de los Estados Unidos, muchísima gente".
Guarda, eso sí, muy buen recuerdo de entrevistas a gente como Woody Allen, viendo su colección privada de discos de jazz, la de Uri Geller y cómo hizo que muchos relojes estropeados de espectadores o amigos volvieran a funcionar ("recibimos un montón de llamadas de espectadores"), reuniendo a Carlinhos Brown con el exalcalde de Barcelona Joan Clos o a su amigo íntimo Àngel Llàcer, después de la infección que cogió en un viaje que casi le cuesta la pierna y la vida. Una entrevista que provocó que le saltaran las lágrimas al ver a su amigo llorando después de todo el calvario que ha sufrido.

Más surrealistas han sido las condiciones de algunas invitadas, mujeres del mundo del espectáculo, algunas de ellas, con unas peticiones muy extravagantes para acceder a ir al programa y ser entrevistada. Ya se suele decir que según qué estrellas rutilantes tienen algunas exigencias surrealistas, pero ahora Ustrell nos ha dejado a los espectadores con los ojos como platos, como él mismo puso, recordando, por ejemplo, qué pidió a la actriz Meg Ryan (mítica de las comedias de los 80-90, como Cuando Harry encontró a Sally, Algo para recordar, Tienes un e-mail, French kiss...) para seguir haciendo la entrevista y no largarse. Una petición alucinante... a la que finalmente acabaron accediendo. Él mismo explica cómo se lo hicieron finalmente. "Hay una serie de artistas que no les gusta que la luz venga de arriba, que hace demasiada papada, o arruga o no sé qué". Y Meg Ryan pidió una luz que le pusieran directamente en los morros, a un palmo de la cara "o no hacía la entrevista". "Si yo estaba en la otra parte, la luz me tapaba. Hicimos la entrevista ella mirando a un foco, yo detrás. Y cuando se marchó, regrabé las preguntas sin el foco.

No ha sido la única en pedir cosas extraordinarias. Cicciolina pidió "un bolso que fuera del mismo color que el vestido que llevaba o si no, se negaba a salir". O la cantante María del Monte, que quiso cambiar de hotel porque hacían unas obras al lado. O la presentadora María Patiño, quejándose de que en su hotel donde estaba alojada en Barcelona, "estaba indignada porque no se podía fumar en la habitación". Aunque sin duda, los compañeros de equipo de Ustrell siempre le recuerdan a una invitada ilustre: Susan Sarandon.

Flirteo más que evidente durante la entrevista, y si hubiera sido por la maravillosa intérprete de Thelma y Louise, Dead man walking, The Rocky Horror Picture Show, Los búfalos de Durham, El cliente y tantas otras, el flirteo habría continuado fuera de cámaras. Reconoce que "no" se han vuelto a llamar después de la entrevista, "pero es verdad que me tiró la caña". ¿Qué pasó cuando acabaron la entrevista?: "Me dijo que quería que fuéramos a tomar un café y yo le dije que no me iba bien porque tenía trabajo que hacer... Soy muy aburrido, yo".
"En la redacción todo el mundo me tiró los trastos a la cabeza diciendo 'qué burro que has sido'". Pensamos igual que ellos. Desde aquí pedimos a Ricard que si la vuelve a invitar antes del programa 200, haga el favor de aceptarle el café a la maravillosa Susan Sarandon.