Buen gag para empezar el noveno capitol de Planta baixa. Como si fuera una sit-com, el protagonista de la comedia entra en una casa cara, que ronda los 4 millones de euros, y encuentra dos estrellas invitadas: Toni Soler i Jair Domínguez.
Los presentadores de Está passant manipulan mesas de sonido y altavoces después que Ustrell cerrara el programa del miércoles por problemas de sonido. Era el segundo espacio de TV3 que se cancelaba en directo, ante de los ojos alucinados de los espectadores, por "problemas técnicos". TV3 no ha encontrado pertinente colgar el programa fallido de Ustrell (8,8% de share) y el octavo capítulo de PB será una rareza sólo para coleccionistas: nunca se podrá ver en la web.
¡���� Una imagen es mejor que mil palabras, pero hoy SÍ que nos haremos sentir|oír! Abrimos la #PlantaBaixaTV3, gracias a los compañeros de l'@estapassanttv3. Gracias @soler_toni y @sempresaludava...
— Planta baja TV3 (@plantabaixatv3) 26 de septiembre de 2019
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El gag ha estado bien. Mala leche de los guionistas de Toni Soler que afirma que Ustrell "Finge la voz, en realidad tiene voz de pito, la imposta para parecer mayor". Ustrell se toma bien un problema que no es atribuible a su productora, La Manchester, sino en la parte que pone TV3: los servicios técnicos. No ha hecho sangre de los errores de sonido de la cadena porque los novatos cometen errores.
El programa del lunes ya tuvo problemas de sonido, con Ustrell cogiendo un micro de mano al fallar su micro moderno de oreja. El espectador oía molestos golpes y un ruido como si se friera un huevo. Lo que se freía era el cerebro del espectador. Llueve sobre mojado y Ustrell empapado de ridículo técnico.
La audiencia de los ocho primeros programas es una media de 10,2%, muy lejos de su máximo competidor. Ferreras casi hace el doble con colaboradores catalanes capaces de decir que Puigdemont tiene la cocina sucia y va desaliñado. Contra eso, la mala leche del sketch inicial de Ustrell hace que en lugar de Al rojo vivo parezca un programa infantil.