Uno de los programas más exitosos de la parrilla televisiva en prime time es, sin duda, First dates. El programa de Cuatro donde supuestos desconocidos, sean de cualquier edad, sexo, condición y aspecto, tienen una primera cita delante de las cámaras, cenando en un restaurante, donde se conocen y, si la cosa va bien, empiezan una relación, o como mínimo, se dan una alegría para el cuerpo, eso ya en la intimidad. Si no, cada uno para su casa y si te he visto no me acuerdo. Personajes peculiares, frases que a veces (a menudo) parecen guionizadas, combinaciones curiosas, mal rollos o mucha química son los ingredientes básicos de un programa que el pasado mes de abril llegó a sus seis años en antena. Todo un éxito. Sus fans son verdaderos devotos, y los que no, como servidor, reconocemos que a pesar de la vergüenza ajena, provoca un efecto de placer culpable, de querer mirar que se dicen, aunque lo que se dicen los participantes a menudo haga enrojecer.
Con Carlos Sobera al frente, con la ayuda inestimable del camarero Matías y la copresentadora Lídia Torrent, hija de Elsa Anka, First dates repite cada día su fórmula infalible, donde lo más curioso es ver sobre todo la reacción inicial de los concursantes cuando ven por primera vez con quién les ha tocado. En aquel momento, una voz repite siempre una frase mítica para sus seguidores: "¿No ha quedado una noche perfecta para encontrar el amor?". La persona que abre cada día el restaurante de First Dates es alguien que tiene un pasado en la televisión catalana, y que ahora está encantado de la vida de formar parte del romántico programa de Cuatro: "“no deben llegar encerradas en unos prototipos, ya que puede que no te vaya bien la cita. Lo que nosotros hacemos es sentar frente a frente a las personas recuperando las características de una auténtica cita a ciegas, para la cual deben llegar con la mente y el corazón abierto…Da igual que tengas 18 años, 60 ó 70, lo vital es que la persona que esté enfrente, te guste y que sea única en ese momento para ti”, dijo en una entrevista.
La voz que enamora a los espectadores cada día corresponde a un actor, locutor y periodista catalán que se está forjando un dignísimo currículum profesional. Se trata de Richard Pena, a quien hemos visto en películas como Cuerpo de élite o en series como Gym Tony, Perdiendo el norte, El secreto de Puente Viejo, Amar es para siempre, Aída, El tiempo entre costuras, Vive Cantando o El cor de la ciutat.
Enamorado de la imagen y la comunicación, como curiosidad, decir que hace veinte años participó en el mítico programa de City TV, Vitamina N, dirigido por Jordi González. Fue cuando el programa puso en marcha un concurso del cual se habló mucho, un casting en directo donde durante una semana, diferentes aspirantes a entrar a trabajar en el programa, hacían diferentes secciones para tratar de convencer al equipo y a los espectadores con su espontaneidad, naturalidad y originalidad. Pena fue, pero se quedó a las puertas de conseguirlo, ya que quien finalmente se impuso en aquel casting en directo fue alguien inimitable que desde que salió en pantalla sedujo a la audiencia con su locura: Quique Jiménez, Torito. Richard Pena, pues, que no pudo entrar a formar parte de manera fija en la troupe de Jordi González, pero que ahora es quien da el pistoletazo de salida para que Cupido clave sus flechas en los participantes de First Dates.