Hace mucho tiempo que Rihanna es más que una cantante. Se convirtió en una magnate y ahora está en la lista de las artistas más ricas del mundo. Nada es casualidad, pues hay dos ‘incidentes’ en los que ha estado involucrada de manera indirecta. Puso en alerta a ciertas empresas del sector de la moda. Te contamos. El primer caso es el de Puma, la marca deportiva estaba haciendo los trámites pertinentes para registrar un modelo de deportivas en 2016. Sin embargo, Rihanna había posado con dichas zapatillas en 2014, lo que supone un período de tiempo que supera los doce meses que permiten las leyes europeas para tramitar un registro. Este es un caso que lleva valorándose desde hace años, incluso en 2022 la Oficina Europea de Propiedad Intelectual (EUIPO en inglés) reiteró la negativa al registro. Y es que se alega que el haber hecho público el producto anula el elemento novedoso.
La foto publicada en sus redes corresponde al día en que se anunció la colaboración entre la artista y Puma, así que era intencional el uso del calzado y es irreversible el efecto que causó. Porque al ser una figura pública mundialmente conocida, despierta el interés de fanáticos y de otras firmas del medio. Sin embargo, puede que el gigante alemán esté planeando interponer un recurso. Más si se considera que esta acción les hizo perder un mercado importante y seguramente millones de dólares de inversión. En esto se puede dar la mano con Victoria’s Secret, que también perdió mucho a causa de la artista.
Victoria’s Secret tras la incursión de Rihanna en el sector de lencería
El único referente global en materia de desfile de lencería durante muchos años fue Victoria’s Secret. Esta casa de lencería dominaba el imaginario colectivo femenino de la ropa interior, con imágenes de ‘ángeles’ en prendas sensuales y sofisticadas, presentadas a través de extraordinarias siluetas. Es indiscutible el peso de la firma y una reputación que tiene mucha historia, por lo que están dispuestos a retomar el Victoria’s Secret Fashion Show. Estamos ante el resurgimiento del mediático desfile.
Esto después de un gran revés por una crisis de imagen muy grave. Provocado, entre tantas cosas, por el concepto de modelos que aparecían en los desfiles y las campañas, una visión perpetua que fue señalada como discriminatoria. Así que este año el plan es retomar la pasarela, esta vez atendiendo al pedido del público, con nuevas incorporaciones. Está en juego la nostalgia, y el discurso de pluralidad los ayuda a retomar su posición en el mercado.
Sin embargo, habría que destacar que el debut de Rihanna en el mundo de la lencería supuso un antes y un después. El casting del desfile de Savage X Fenty, su marca, fue una lección de genuina diversidad e inclusión. En sus campañas de marketing prevalece la sensación de normalización corporal. No solo en términos de cuerpos, sino también raciales y en siluetas. Mujeres reales, algo que puso en gran desventaja a la cadena minorista (fundada en 1977) y terminó de imposibilitar su show, minimizando su credibilidad y valor. De manera indirecta, Rihanna resulta un peligro para sus competidores. ¿Cuál será su próxima gran hazaña comercial? Estamos atentos.