El programa Todo es mentira de Cuatro ya sabe qué quiere ser de mayor. Finalmente han hallado su lugar en la parrilla de las tardes. Vuelve el espíritu de Caiga quien caiga, el programa de El Gran Wyoming que enviaba a reporteros a poner en evidencia a políticos y poderosos. Por este camino, Risto Mejide puede acabar haciendo un programa con el mejor adjetivo posible: necesario. Ha aprendido de su productor Toni Soler. Lo que ha pasado con Polònia o Est+a passant es que sus espectadores no sólo los miran sino que están orgullosos de mirarlos. Conseguir eso es oro en TV. Risto atiza a los iconos del establishment de Madrid que en Madrid nadie cuestiona: Eduardo Inda, Paco Marhuenda y ahora Alfonso Guerra. El corte es espectacular:

Todos los medios de Madrid le dan comba al exvicepresidente de España hace 35 años porque detesta por igual a Pedro Sánchez y a los independentistas. Una reportera de Todo es mentira une las esperpénticas declaraciones de guerra justificando la dictadura de Pinochet ("En Chile la economía no se cayó. Era una dictadura eficaz") con una Catalunya independiente. Pregunta de Todo es mentira: "Si Catalunya fuera un país independiente con una dictadura eficaz como la de Chile, ¿estaría usted más a favor del independentismo?". Ni un solo periodista, tertuliano ni gran presentador ha osado así en la cara del lenguaraz y extodooderoso y temido Guerra. Ni ahora que está gagá. Ha sido una reportera de Risto. Destroza a Alfonso Guerra, sin ningún otro argumento que descalificar a la chica: "Se le nota a usted muchísimo de dónde tira". Tira de periodista, señor Guerra.

Cuatro

Todo es mentira va subiendo de audiencia poco a poco. Esta semana ha hecho en Catalunya casi el 4%. Tiene camino por andar pero ya tiene lo que quería: personalidad y agallas.