Risto Mejide pasa a un 14 de febrero diferente a los anteriores. Básicamente porque está solo. No tiene pareja oficial, vaya, con quién compartir San Valentín. Como mucho, alguna conquista de aquellas que hace por la vía habitual de las redes sociales, pero nada serio. No hay ni esposa, ni novia, nada. La última, Natalia Almarcha, con la que pasó el último día de los enamorados, ha dicho basta después de unas cuantas tentativas. Alguna de ellas con éxito fugaz, porque volvieron a intentarlo... y a estrellarse contra el muro de la realidad. ¿Cuál? Pues que entre ellos dos la química flaquea.
La periodista Laura Fa insinuaba problemas íntimos de pareja como uno de los factores del adiós definitivo. Bueno, eso y determinadas actitudes del presentador que no gustaban a la farmacéutica y exmodelo manchega de 28 años. Desinterés, ritmos de vida y de gasto insostenibles, incluso sospechas de juego a varias bandas. Todo eso desembocó en peleas públicas, con Almarcha dejándolo mudo en redes sociales, y en nuevos intentos de reconquista por parte del catalán de 49 años. La relación, sin embargo, era un zombi. Walking dead. Y con el año nuevo, vida nueva. Risto a sus programas y Natalia a su farmacia, y que corra el aire.
Almarcha no guarda buen recuerdo de su expareja, no es ningún secreto. No se esconde. Ha dejado constancia de su decepción y, por lo visto, todavía no ha tenido suficiente. De las pocas cosas buenas que le deja esta aventura, una es su crecimiento en redes. Más followers, más publicidad para su negocio y más oportunidades laborales, personales y lo que surja. Pero de la misma manera, a más gente, más jaleo. Y no puedes pretender hacer una publicación para el día de San Valentín, con la separación todavía caliente, y que nadie piense en la persona a quien se dirige. A un hombre famoso, de iniciales R.M., y al que no le gustará nada la referencia escogida por su ex. Tiene gusto a burla, a humillación. Aquí no hay flechas de Cupido, ahora vuelan los puñales. Sin compasión, ni tampoco complejos. Buena es Natalia, por lo que va demostrando en poco más de un añito en la Champions de la farándula.
"Preocúpate cuando no tengas con quien pasar un día de la madre, no un 14 de febrero". No queremos ser malpensados, pero entre una madre y un novio-padre, Almarcha lo tiene claro. Está muy bien declarar el amor a la persona que te trajo al mundo, de la misma manera que no hay que ensañarse con aquel al que has descartado por bluf sentimental. Pero por lo visto, aquí todavía hay cuentas pendientes. Curioso, con Laura Escanes pasó lo mismo. Al principio y al final de la relación. Risto parece que repite patrones. Veremos si lo intenta una tercera vez.