Cuando dejas al lobo vigilando a las cabras, probablemente se las acabe zampando. Pues cuando tienes como tertuliano a un descerebrado como el Dr. Alfonso Cabeza, pasa lo que pasa. El tertuliano de Todo es mentira perpetró el viernes, Diada de Catalunya, un miserable ataque contra los catalanes, a los que él, si hubiera podido, hubiera exterminado. Borrados del mapa de un plumazo. Afortunadamente, la perpetuación de los catalanes no depende de energúmenos como él, que dijo en directo, sin despeinarse: "la culpa de toda esta gente que no está muy bien de arriba, la tiene un personaje que fue Franco... que tenía que haber aprobado la ley del aborto en el año 50 y no hubiera nacido tanto hijo de... ".
El viernes no presentaba Risto Mejide el programa. Su equipo sí. Y se produjo un segundo de silencio después de oír la barbaridad de este doctor. Pero quien no ha callado ha sido el presentador titular este lunes. El último tema que han tratado ha sido la famosa foto con muchos alpinistas haciendo cola en la Pica d'Estats de este fin de semana. Aprovechando la ocasión, y antes de despedir el programa, Risto se pone serio: "Tenemos que acabar, però ahora que veíamos la Pica d'Estats, dejadme decir solo una cosa: yo estaba viendo el viernes el programa desde casa, y me dolió muchísimo que un colaborador, al que no voy a nombrar porque no está delante dijese algo inaceptable sobre cualquier comunidad autónoma, pero es que encima lo dijo sobre el lugar donde yo vivo, el lugar de donde yo soy, de donde mi familia es, etcétera".
Risto, visiblemente enfadado, ha sido demoledor: "Yo he pedido que ese colaborador no vuelva. No voy a hacer más espectáculo de esto, no voy a invitarlo aquí para afeárselo y tal. Volverá el día que pida perdón por esas palabras que dirigió a los catalanes, absolutamente desafortunadas e inaceptables en ningún programa de televisión. Lo siento mucho... es lo que tiene tener principios". Bravo por Risto. Pero que sepa que el perdón que nos pueda dar este personaje abyecto a los catalanes es papel mojado. Ni necesitamos su perdón, ni nos lo creeremos, si es que llega. Por eso le aconsejamos a Risto que no haría falta llegar a estos extremos si directamente no le dieran voz y voto a impresentables con un largo historial de polémicas a la espalda.