Risto Mejide es uno de los "niños mimados" de Mediaset. No es el presentador de mayor éxito ni tampoco conduce ningún programa en Telecinco, pero aun así es un tótem para Paolo Vasile. Disfruta de los privilegios de los escogidos, como tener un fabuloso contrato de cadena, cosa que quiere decir que, tenga o no tenga proyectos en antena, cobra una morterada cada año. Un 'chollo'. Y un antídoto que hace que las decepciones profesionales se conviertan en un chiste. Por ejemplo, ver cómo tu empresa retira de la parrilla tu último formato y lo sustituye por una serie, como ha sido el caso del 'Todo es verdad'.
Cuatro intenta desesperadamente salir del pozo de las audiencias sacudiendo y removiendo su oferta, y ha puesto el espacio en el congelador hasta otoño, 7 episodios después de su estreno. No lo cancela definitivamente, cierto, pero le coloca la etiqueta del 'ya si eso...'. ¿Cómo ha reaccionado el publicista y comunicador? Como un buen muchacho, obediente y disciplinado. Las órdenes de Vasile van a misa. Y Risto, en compañía de su mujer, Laura Escanes, se va muy lejos para digerir la noticia.
Tan lejos como al paraíso de las Maldivas, el viaje sorpresa organizado por Escanes y con el que están disfrutando de unas vacaciones de privilegiados. Lujo a todo trapo en un hotel, el Raffles, que según indica en su web ofrece alojamiento a partir (sí, a partir) de 1700€ la noche. Eso, evidentemente, son precios estándares. Seguro que la pareja de VIPS disfrutan de más comodidades que el resto. Pero vaya, que es su dinero y pueden hacer lo que les dé la gana. Faltaría más.
La escapada nos deja imágenes pintorescas y sorprendentes: como Risto haciendo muecas de guiri mientras sorbe un coco tan contento. O lo que resulta todavía más inaudito: el de 'Todo es Mentira', programa que no presenta desde hace semanas, practicando yoga junto a su mujer a las 6 de la mañana. La escena, en un entorno idílico, es llamtiva porque nunca lo habíamos visto en esta situación. Incluso Laura (quién ha vuelto a las redes sociales después de un paréntesis de una semanita) se sorprende. Hay que decir que no parece que lo haga mal: Risto y el yoga deben ser como Aznar y el catalán, que lo practican en la más estricta intimidad. En todo caso podemos asegurar que se lo ve muy preocupado por la retirada de su programa, claro que sí.
El matrimonio aprovecha el tiempo y el dinero al máximo; la vuelta a la realidad será más dura que la inactividad laboral forzosa. Dolce vita.