Que una pareja se reconcilie siempre es una buena noticia. Y si no lo es, lo parece. Risto Mejide y Natalia Almarcha han superado su primera gran crisis, tan grande que incluso se mandaron a hacer gárgaras mutuamente. Bueno, para ser justos, ella lo despachó a él, aunque el primer comunicado de ruptura fuera el del presentador catalán de Mediaset. Unas palabras que hicieron que la manchega se subier por las paredes y le leyera la cartilla: ha habido juego subterráneo por parte de Mejide. Sus ligoteos por Instagram habrían continuado mientras eran pareja, y claro, Natalia se enfadó. Normal. Ya venía calentita por otros gestos humillantes, y entre el engaño y la forma de explicar la separación, dio un puñetazo sobre la mesa que provocó la reacción inmediata del ex de Laura Escanes.
Según Laura Fa, Mejide se ha comportado como un tacaño clasista durante los primeros meses de romance. El bolsillo de Almarcha ha acabado temblando al intentar seguir el nivel de vida del VIP, pero sobre todo para mantener viva la relación. Ella vive en Valencia, él en Madrid. Salvar la distancia supone AVES, aviones, dietas. Risto no ha sacado la cartera para ayudar a la empleada de una farmacia, cosa bien fea teniendo en cuenta que es millonario y de morro fino. Los mejores restaurantes, viajes en business, hoteles exclusivos... Almarcha tenía que pagar su parte, y claro, no podía. El ultimátum fue claro: además de dejarte de chats inapropiados con terceras, o bajas el ritmo o colaboras. Y parece que Mejide ha accedido sin refunfuñar, porque acaban de pegarse unas vacaciones bien buenas en Menorca.
Risto y Natalia sellan la reconciliación en Menorca
La boda de Edurne y David De Gea en Ciutadella sirvió de escenario de la reunificación. Imaginamos que Mejide habriá reservado los billetes de dos en dos, en primera y sin pedirle pasta a su novia, ni que sea para apaciguar los ánimos. Disfrutaron del bodorrio en paz y armonía, y después han alargado la estancia en la isla reconectando como amantes. Parece que además con la compañía de los hijos de Risto: Julio, fruto de la relación con Ruth Jiménez, y Roma, de su exmujer Laura Escanes. Colgó una imagen de los pequeños en la piscina, entendemos que pasaron un tiempo los cuatro. Nos alegramos. Pero todo se acaba, y la pareja ya ha vuelto a su vida normal. Él a la tele, ella a la botica. Los retrataron en el aeropuerto de Madrid, y las imágenes son jugosas.
Natalia Almarcha quiere pasar desapercibida, pero es imposible: atención al look
Lo son por varias razones. Primero porque hemos comprobado la aversión, pánico e incomodidad de la exanónima Natalia por la presencia de la prensa rosa. Intentaba taparse la cara constantemente, se separaba de la trayectoria de su amado hasta deambular por la terminal, no sabía dónde meterse. Superada. Querría ser invisible, pero en estas condiciones es imposible. ¿Por qué? Entre otras cosas, por a elección de vestuario de la exmodelo. Un vestido ajustadísimo y de un color naranja fluorescente es la antítesis de la discreción. Te ven perfectamente a diez kilómetros de distancia, deslumbras. Quizás por eso no se quita las gafas de sol, para evitar lesiones oculares. En algún momento las ha guardado, eso sí, y por fin hemos podido verle la cara en vivo y en directo, siempre se escondía. Su expresión no es exactamente la de felicidad y enamoramiento. Más bien denota pavor. Hace sufrir y todo.
Risto Mejide y Natalia Almarcha, ¡primeras imágenes tras su sorprendente reconciliación! https://t.co/G93awpm6Au
— CHANCE (@CHANCE_es) July 11, 2023
Esperamos que Natalia se acostumbre al circo, porque si no sufrirá... y esta historia se quedará en una anécdota vital intensa, pero fracasada. Al tiempo.