Hace días que Risto Mejide anunció a sus seguidores en las redes y a los espectadores de Todo es mentira que un preso político se había puesto en contacto con él para que lo entrevistara en Lledoners. El mismo presentador catalán consideró que la conversación valdría la pena, básicamente, "Porque creo que es una conversación que vale la pena tener. Porque la complejidad de la situación catalana merece un tratamiento MUCHO más libre, crítico y ecuánime que el que está recibiendo por ciertos medios de comunicación. Y porque quien nos presente una realidad tan compleja como la catalana de una manera muy simple, nos está llamando idiotas y nos está invitando a demostrar que lo somos". Mejide, que remarcaba que "no soy independentista", también veía una oportunidad única de saber de primera mano qué siente y qué piensa alguien que está viviendo una situación tan complicada, en este caso, Raül Romeva.

@ristomejide

Este lunes en TEM abordarán la entrevista, pero Mejide ya ha reflexionado sobre las sensaciones que le pasaron por el cuerpo justo después de despedirse de Romeva. En el diario Nius de Mediaset, Mejide hace una conmovedora confesión de todas las conclusiones que ha extraído. Algunas, de una profunda sinceridad, que tendrían que hacer pensar a más de uno. Las dos primeras palabras ya son toda una declaración de intenciones: "Comprender duele". El entrevistador se abre en canal, dispuesto a "dejar de lado aquellas opiniones con las que ya te sentías cómodo y ponerte en disposición de escuchar otras posturas que sabes, de entrada, que no te van a gustar". Mejide sigue pensando lo mismo del procés y de la independencia de Catalunya, pero eso no quita que le duela leer el libro de Romeva, Esperanza y libertad, y encontrar que coincide "en un 95% con el diagnóstico que hace de la sociedad española. Instituciones caducas, partidos corruptos, sospechosa separación de poderes, una necesidad de regeneración democrática y un Estado que hace tiempo que nos engaña sobre este tema, entre otros muchos. Duele que coincidamos tanto en el diagnóstico y discrepemos otro tanto en la solución".

No es lo único que le ha hecho daño a Risto de su paso por Lledoners: "Duele también sentarse durante más de 40 minutos en un locutorio de la prisión de Lledoners con un representante de millones de catalanes y seguir disintiendo. Preguntarle si no cree que su procés fue una chapuza. Y la pseudodeclaración de independencia, de vergüenza ajena. Duele que él pronto vaya a cumplir 2 años de prisión preventiva -sin sentencia, sin saber aún si es culpable o inocente-". Romeva mantiene una fuerte convicción en sus actos y eso ha desarmado a un Risto al que le duele preguntarle "si estaría dispuesto a volverse a sentar a negociar ya no la independencia, sino otro Estatut, y que te conteste que él no habla de supuestos, sino de realidades. Que le traiga ese Estatut. Duele que un mindundi como yo no tenga la potestad de llevarle un documento sobre el que empezar a trabajar. Duele, porque no entiendes por qué quien puede hacerlo no lo hace".

@ristomejide

Lo más sobrecogedor, sin embargo, de la experiencia vivida por Mejide, es leer lo que él mismo revela sobre qué ha sido lo que más le ha dolido, lo que le ha llegado más al alma, y no es otra cosa que la certeza a que pueda haber alguien que se cierre en banda a hablar: "Lo que más duele son los nombres y apellidos que me da Romeva, periodistas ilustres y conocidísimos que no podrán contaros la suya, porque no han querido entrevistarse con él. Hasta donde yo sé, los periodistas tienen la obligación de contarnos las cosas, y no quieren hacerlo, o mejor dicho, prefieren hacerlo de oído, de prestado, vaya usted a saber por qué. Tienen el acceso, tienen la invitación y no sólo no la utilizan, sino que la ocultan". Per Risto, això només respon a dos motius: o estan polititzats o tenen por, "y sinceramente, ninguna de las dos me parecen síntomas de una democracia sana". 

@raulromeva

Esta tarde, en Todo es mentira, más sensaciones de la conversación con un Romeva del que de momento, ya se saben algunas de las reflexiones que le ha soltado a su interlocutor:"La cárcel me ha hecho más fuerte", "Si alguien cree que una sentencia condenatoria desincentivará la movilización ciudadana, es que no ha entendido nada, o no quiere entenderlo" o "Vale la pena acabar en la cárcel si es por defender algo en lo que crees firmemente. Creo que lo mejor que se le puede legar a un hijo o hija es la dignidad". Una entrevista necesaria, sin duda.