La separación de Risto Mejide y Natalia Almarcha es, de momento, el primer hueso que la prensa del corazón puede roer este 2024. Ha llegado por sorpresa y eso le otorga un plus de dulzura, cosa que es de agradecer porque la relación del presentador y la farmacéutica languidecía como una loncha de jamón de York olvidada en la nevera. Dura, seca, sin sabor. En términos médicos, se trataba de un paciente a quien habían reanimado tantas veces que el colapso era inevitable. A la tercera, o la cuarta, o la quinta en siete meses, ha caído toda el chiringo. Cada uno por su lado. Lo mejor que les podría pasar.
La periodista catalana Laura Fa ha sido la encargada, una vez más, de hacer público el batacazo sentimental de Mejide. De hecho, es una experta en la materia, para desgracia de su excompañero en la difunta productora 'La Fábrica de la Tele'. Sus gargantas profundas no han fallado demasiado, es así. Las desavenencias entre ellos han sido una constante, desde aquellas famosas conversaciones de Risto con otras chicas por redes sociales, las acusaciones de tacaño y poco proactivo en la relación, o cuando "le pidió matrimonio y le dijo que no". Problemas que parecían haberse solucionado, pero ni mucho menos. Seguimos, o siguen, o seguían, igual. Y eso es peor, claro. A Almarcha, quien ya ha montado su farmacia en Valencia, triunfa en redes sociales y ha conocido de qué va el negocio de la farándula, se le ha acabado la paciencia. Y ha puesto fin al tormento.
La Mamarazzi explicó ayer una parte de la historia: "No se siente bien tratada ni valorada, ha decidido cortar la relación de una vez por todas. Siempre ha sido ella quien tenía que desplazarse a Madrid para llevar una vida en familia junto al presentador y sus dos hijos. En cambio, de regreso a Valencia, el apoyo e interés del periodista brillan por su ausencia". Ahora tenemos algunos datos más, jugosos e intrigantes. Laura le dice a Lorena Vázquez que "no me atrevo en dar los motivos", le llega a suplicar "no me preguntas más". Va con pies de plomo, porque se trata de razones "surrealistas". La conversación no tiene desperdicio. E irritará a Risto, no lo duden.
Y lo hará porque lo que deja caer Laura, hechas siempre con evidente prudencia, hace volar a la imaginación. "No tiene que ver con nada económico. Es una causa que podría hacer sospechar de la existencia de terceras personas. Es eso o algún tipo de desajuste personal. Ella le pidió explicaciones por un tema, él de dijo "no me atosigues" y ella "pues mira, para llevar así la relación lo dejamos". Es tan intimísimo que no me atrevo a ir a más". Pero sí que van."Tiene que ver con la intimidad de la pareja. Si a ti o a mí nos pasara lo mismo, o nos íbamos a un terapeuta especializado o rompías. Es que no se puede vivir así, tía". Un problema íntimo que merece ser tratado, ¿es fuerte o no? Vaya avalancha de imágenes que nos han dibujado a la mente con su relato. Ahora no podemos dejar de seguir el tema. Seguiremos atentos. Vaya que sí.