Risto Mejide tiene 48 años. Es mayorcito, vaya. Pero en cuestiones sentimentales parece comportarse como un adolescente que se deja llevar más por las emociones que por la razón. Justamente lo contrario a lo que predica en programas de televisión, redes sociales, libros y entrevistas. Sus reflexiones acostumbran a ser graves, basadas en la experiencia, incluso con un toque sabelotodo que, por otra parte, es su sello personal. Pero se ve que en su parcela más íntima y emocional la madurez hace aguas. Y no, no estamos hablando de su gusto por salir con mujeres mucho más jóvenes que él. Aquí no entraremos. Ahora bien, con respecto a la gestión y la exposición que hace de estas relaciones, hay un tema. Y tenemos un ejemplo paradigmático que acaba de salir del horno: Risto se la ha jugado y ha perdido.
A principios de esta semana asistimos a un momento importante en la vida del presentador y de su novia Natalia Almarcha, con la que sale desde hace 6 meses. Importante y arriesgado: colgaba una fotografía de la farmacéutica y ex modelo manchega abrazando a su hija Roma, nacida durante el matrimonio con Laura Escanes. Mejide se deshacía con la escena y la titulaba como "amoR". Un juego de palabras y una declaración en toda regla. Rezumaba ternura, sí, pero también amenazaba tormenta. La incógnita de cómo se tomaría la madre esta exhibición, teniendo en cuenta la tirante relación después de la ruptura, no era nada halagüeña. No tenemos constancia de un enfado público de la influencer, pero los acontecimientos que se están produciendo desde hace unas horas son sospechosos... y radicales. Ya no hay relación. Ya no hay novia. Ya no hay "amor".
Risto Mejide y Natalia Almarcha, ruptura por redes sociales cuando| nadie se lo esperaba
La fotografía ha desaparecido de la cuenta de Risto Mejide: la foto y cualquier rastro de la existencia conjunta con Almarcha. Paralelamente, la joven de 27 años abría su perfil, que se había mantenido privado durante los últimos meses, y empezaba a aceptar solicitudes de seguimiento. También publicaba un mensaje que se interpretaba como un epitafio del idilio. El aroma a venganza y nueva vida era indisimulable. Ahora bien, esta jornada de puertas abiertas también es historia. Aquí ha pasado algo grave e irreconciliable.
Laura Escanes y su hija Roma, posibles motivos de la separación
Que a nadie le extrañe que la presión social y, probablemente, un toque de atención por parte de Laura Escanes haya precipitado un final sorprendente. Un día te vas a dormir rebosante de amor, pasión e ilusiones de futuro y al día siguiente estás más solo que la una, borrando cualquier tipo de huella del camino. Ni viajes a París, ni a Cuenca, ni presentaciones en sociedad, ni perros ni criaturas. Todo al contenedor gris, el del olvido. Ni comunicado conjunto, ni despedida ni ningún tipo de mensaje civilizado: aquí, directamente, hemos pasado a la cancelación y el bloqueo. Un acto de juventud enganchada a los nuevos códigos de conducta imperantes en las redes sociales, y que Risto Mejide replica con precisión.
Risto acaba confirmando las sospechas, adiós
Poco después Risto ha tomado finalmente la palabra y ha confirmado las sospechas: han roto. Así la define: "Una mujer a la que he querido, con la que he convivido y a la que he dado la bienvenida a mi vida. Una que ha estado con mis hijos. Una mujer a la que he llamado amor". Nos ha leído el pensamiento... o el artículo.
Réquiem por un "amor". Todo es mentira, ya ves.