Risto Mejide es publicista, celebrity, presentador de televisión y padre. De dos criaturas con dos mujeres distintas, de hecho. Julio con la presentadora Ruth Jiménez y Roma con la influencer Laura Escanes. Sabe que es la paternidad, vaya. Y además la vive desde el punto de vista de una estrella de la tele y el 'colorín', con la prensa del corazón pendiente de sus movimientos. Una situación que le molesta, pero que muchos entienden que es el precio que tiene que pagar por triunfar en Mediaset. Los primeros, los paparazzis y las revistas que pagan por sus fotos. Y no precisamente sonriendo a la cámara, sino en situaciones cotidianas, íntimas o comprometidas. Las que convierten a Risto en Ricardo, su alter ego. Aquello que prefiere mantener lejos de los focos, y que si tiene que compartir, lo hace por redes sociales. Por ejemplo, cómo crecen sus descendientes. Verlos expuestos sin su consentimiento lo sulfura. Y lo entendemos. Lo que no se entiende es otra cosa.
Cosas como que tenga contratada en el 'Todo es mentira' a la expolítica, alcaldesa, ministra y vicepresidenta del Congreso de los Diputados Celia Villalobos. Todo eso en las filas del PP de José María Aznar, principalmente. Una figura. Famosa por sus excesos verbales, por despistarse más de la cuenta durante las sesiones de la cámara, por alguna cabezadilla de media tarde en el escaño. Famosa por ser guerrera, sobre todo en todo aquello que no tiene razón. Sí, sí, cuánta menos razón tiene, más se enerva. Después de colgar las botas de la política entró como un huracán en el circo televisivo: concursante de 'Masterchef', tertuliana en 'La Hora de La1', monologuista, videojuegos... y lo que decíamos, comentarista del programa de Cuatro. Uno en el que la línea de la broma, la crítica y la mofa se desdibuja con facilidad. Y en el que tener la piel fina va según el día y el personaje. Celia, por ejemplo, puede decir lo que quiera de los hijos y la mujer de Pablo Iglesias. Puede hacer humor de taberna facha a las 4 de la madrugada, y Risto se parte de risa con sus colegas de la tele. Incluso alucina con los que se ofenden por discursos como el de Villalobos: "¿Y los niños? ¿Cómo están los niños? Oye, que si hace falta voy y te echo una mano para cuidártelos, porque tu mujer te hace muy poquito caso".
Celia Villalobos mofándose del físico de Pablo Iglesias en directo y metiendo ahí a sus hijos.@todoesmentiratv no es un estercolero, es el mayor estercolero de la TV y Risto Mejide ni te cuento.
— ����️���������������������������� ����������������������������������������️���� (@dsegoviaatienza) January 25, 2022
(Vídeo @remerikos)pic.twitter.com/qtSqeBrJhQ
Eso pasó un martes, y al día siguiente de la polémica Risto salió con la espada y el escudo a defender el honor del programa que presenta y el de su tertuliana, a la que no ha mandado a hacer puñetas como a Girauta o Marcos de Quinto. De momento. Todo dependerá de si el griterío sigue durando mucho tiempo, o si Celia vuelve a líarla gorda. Pasará más tarde o más temprano, pero ya pueden estar seguros de que lo volverá a hacer. Ella es así, y no la cambiaremos ahora. La cuestión es que la actitud del presentador no gusta nada en las redes sociales. A Mejide muchos le tienen ganas: algunos por aversión pura y dura, pero otros porque no entienden su compleja escala de valores y umbral de furia. O mejor dicho: sí que lo entienden, pero lo denuncian. Volviendo al caso de Celia: ella puede hacer chistes de los chiquillos de Iglesias frente a centenares de miles de espectadores, pero si el catalán ve a un fotógrafo cerca cuando hace vida en familia le escribe esto: "Como saques a mi hijo, voy a ir a por ti y a por quien lo publique. #chusma". Y todos le tienen que aplaudir. Lo escribió en 2011, hace 11 años, estando con Julio Mejide Jiménez. Y ahora vuelve como un boomerang por otras criaturas que también tienen nombre, apellidos y derechos. Las de Pablo Iglesias e Irene Montero.
Las redes tienen un valor documental impresionante, así como de notario de la actualidad. El tuit continúa, en el momento de escribir este texto, visible en su cuenta. El texto es el mismo, pero las respuestas han cambiado. Ahora hay un alud de mensajes que datan de hace tan sólo unas horas, y no de una década como hace tres días cuando casi nadie lo recordaba. La idea es sencilla: "Risto: Tous hijos no son más importantes que los de Pablo Iglesias". No hace falta mucho más para entender la cuestión, aunque hablamos de Twitter, y aquí hay palos de todos los colores, tamaños y dureza imaginables. Una paliza en toda regla.
Conclusión: tener a Celia Villalobos sentada en tu programa es un peligro. Te puede desmontar tus principios más firmes con dos sandeces.