Que Ciudadanos tiene entre ceja y ceja acabar con TV3 ya no se le escapa prácticamente a nadie. El principal partido de la oposición en el Parlament hace tiempo que ha puesto la lupa sobre todo lo que se hace y se dice desde los medios públicos catalanes y algunos dirigentes naranjas nunca pierden la oportunidad de hacer campaña para que dejan de emitir. Albert Rivera en 'El Hormiguero' diciendo que "TV3 es el No-Do" o Inés Arrimadas tildando a los presentadores de "estrellitas bien pagás" son sólo dos ejemplos. Al presidente de Ciudadanos sólo le falta escuchar en qué términos hablaron de él ayer en el APM? para acabar de enloquecer contra la televisión de Catalunya.
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El programa humorístico de TV3 hizo acto de presencia en el Orgullo Gay de Barcelona el fin de semana. Para su sección, el periodista Jordi Asturgó entrevistó a los manifestantes que se concentraban en la plaça de la Universitat. Los tópicos, mejor desmontarlos con humor: "¿Qué le dirías a los pesados que reclaman el día del Orgullo Hetero?" o "siempre hay el típico que dice que las lesbianas no han probado un buen pene". En el saco de los cuñados que hacen este tipo de comentarios, el colectivo LGTBI añade ahora a Ciudadanos. ¿Pactan con los homófobos de Vox y después quieren desfilar en el Orgullo Gay? Pues mejor que se queden en casa, piensan algunos. Prueba del ambiente que se respira contra el partido naranja, este fragmento del APM? de ayer: "¿Quién está más buenorro, Santiago Abascal o Albert Rivera?". La respuesta no tiene pérdida: "Ninguno de los dos, yo los quemaría vivos".
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Una de cal y otra de arena. Después de la reacción furibunda contra el presidente de Ciudadanos, otro manifestante le declara sus intenciones más primarias: "Albert Rivera, te la mamo. Está muy bueno, tiene una mamada y dos".
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Es probable que después de ver el APM? de esta noche, a Albert Rivera le entren más ganas todavía de cerrar TV3. Quizás tampoco querrá volver a poner un pie en las manifestaciones del día del Orgullo Gay, a pesar de las amenazas de Arrimadas, que dice que irán. Santiago Abascal y Vox merecen un capítulo aparte. Si por ellos fuera, la tele pública catalana y el colectivo LGTBI hace años que no existirían.