Probablemente, Robert Lewandowski, como todos los culés, hoy estará más enfadado que una mona después del atraco a mano armada que nos perpetraron ayer en Milán en el partido de Champions contra el Inter. Pero estamos convencidos de que el polaco se vengará del robo el próximo miércoles en el Camp Nou, nuevamente contra los italianos. El delantero ha enamorado a todos los aficionados desde su llegada a Barcelona, primero, por la insistencia al querer fichar por el Barça y marcharse del Bayern, después, por su inicio fulgurante de temporada, habiendo marcado ya 12 goles en 10 partidos, muchos de ellos, golazos, además de dos asistencias y de entenderse de maravilla con los Pedri, Gavi, Dembelé y compañía. Pero fuera del césped, Lewandowski también se ha integrado de maravilla en Catalunya.
Su mujer Anna también nos enamora, hablando en catalán y cantando el himno del Barça, y no queda duda de que la pareja, con sus hijas, han aterrizado de pie en Barcelona. Encantados de la vida de su nueva vida en la capital catalana, el polaco ha concedido una entrevista para su país donde habla, entre otras cosas, sobre cómo lleva el peso de la fama y que lo reconozcan en todas partes, también en Barcelona: "Todos respetan la privacidad y el tiempo pasado con la familia. No es ningún problema cuando les digo que estoy con mi familia. La gente respeta nuestro tiempo privado. Eso también depende porque Barcelona es una ciudad turística. Durante el verano hay muchos turistas aquí. Nos gusta montar en bicicleta o pasear. Somos una familia deportiva. Nunca renunciaría a una actividad sólo porque alguien me pudiera reconocer. Mi prioridad es ser feliz y hacer lo que quiero, más que no hacerlo sólo por mi popularidad".
El nuevo ídolo del Camp Nou ha sorprendido, sin embargo, con una confesión sobre cómo pasar inadvertido delante del alud de fans que quieren hacerse fotos o tener un autógrafo suyo. En palabras en Kanal Sportowy ha explicado qué es el primero que hizo cuando aterrizó en la capital catalana, él que tenía muchas ganas de visitar y conocer Barcelona: "Lo primero que visité fue la Sagrada Familia". El periodista quiere saber cómo se lo hizo, como pudo visitar el lugar más turístico de Barcelona sin problemas. Él sonríe y confiesa: "Tenía una gorra, unas gafas de sol y una máscara. No es obligatorio pero utilicé esta posibilidad. Fui con mi familia. Se nos ocurrió visitar la ciudad, y fue nuestro primer lugar obligatorio de Barcelona. Un momento que me saqué la máscara algunas personas me reconocieron, pero no pasó nada porque allí todo el mundo está mirando el techo, hacia arriba. Allí la gente no mira a otra gente, sino que hacia arriba".
Maravilloso. Vaticinamos que esta temporada, con él en el equipo, a pesar de los robos como los de ayer en Milán, los culés miraremos muy arriba muy arriba, pero no para mirar los techos de la Sagrada Familia, sino para ver cómo el Barça levanta títulos.