El futbolista Robinho cada vez lo tiene más complicado. La Justicia italiana acaba de confirmar la condena de 9 años por violación en grupo a una chica albanesa de 23 años, que celebraba su cumpleaños en la misma discoteca de Milán que el internacional brasileño. La corte de Apelaciones le ha tumbado una de sus últimas balas: de hecho, sólo le queda una, el Tribunal de Casación. Pero no tiene buena pinta. La sentencia es durísima: habla de especial desprecio a la víctima, y de que fue "brutalmente humillada". Robinho y su amigo Ricardo Falco han sido los únicos acusados del caso, ya que desgraciadamente el resto de participantes de la agresión no fueron identificados. En todo caso, a la pareja le acusan también de haber engañado a la policía y los investigadores deliberadamente para intentar zafarse de un asunto horripilante.
El futbolista vive en Brasil y no tiene ninguna intención de pagar el precio de la cárcel, mientras que en Italia meditan firmemente solicitar su extradición. Mientras tanto, Robinho está sin equipo, ya que el último en querer contratarlo, el Santos, se echó para atrás por la pérdida de patrocinadores. Una novedad en su vida, ya que ha formado parte de equipos de medio mundo: Real Madrid, el City, el Milán, el Santos en Brasil, China, Turquía... Por cierto: también tuvo problemas en Inglaterra, pero no fue nunca juzgado. Ahora tiene el agua al cuello, por mucho que sonría.
Un caso muy feo que, evidentemente, ha llegado a la prensa deportiva mundial. Robinho, aquel pequeño malabarista de la pelota que llegaba al Real Madrid para convertirse en el nuevo Pelé, que pasó por equipos de medio mundo y la selección nacional campeona del mundo, a punto de ir a la prisión por violador. El problema está en que hay quien aprovecha la ocasión para enviar mensajes maliciosos a través de los medios, tocar las narcies u ocultar la historia. Es lo que se interpreta en las redes cuando ven la curiosa foto que ilustra el tema en medios como COPE o Marca: Robinho con una camiseta azulgrana del F.C.Barcelona. Evidentemente, nunca fue culé ni jugó en el Barça. La elástica azulgrana está al revés, sí, pero así la bromita tenía más sutileza. Una pequeña obra de arte del humor español... o 'vikingo'. Pero vaya, que no ha hecho mucha gracia. Como humoristas, son pésimos. Lo ha denunciado el periodista deportivo Diego Basadre, y la red se ha indignado.
Lo que no es una broma es el final merecido de Robinho: un futbolista diferente, pero una persona deplorable.