El caso Rociíto es un experimento más allá del drama familiar. La emisión en Telecinco fue muy exitosa y el documental sobre la vida de la hija de Rocío Jurado lo han comentado desde Pilar Rahola a Toni Soler. En TV3 lo han hecho Lídia Heredia, la Melero en Tot es mou o Ustrell en Planta baixa. Nunca un contenido del corazón había tenido tanta resonancia en TV3, y es así porque hizo un 30% de share en Catalunya, hundiendo TV3 el domingo. Si no puedes con el enemigo únete a él.
Los catalanes también consumen en masa este contenido. Y no es de ahora. Ustrell ha ilustrado el caso con unas imágenes poco recordadas: el día que Rociío y su novio guardia civil destacado en Argentona, en el Maresme, se sentaron en un plató de TV3, el de Andreu Buenafuente el año 1995, en su programa semanal cobrando su caché por la exclusiva. Un pequeño escándalo en la TV3 de la época. como cuando Alfons Arús en su programa en TV3 pagó a Alessandro Lequio para entrevistarlo y acabó en una polémica parlamentaria y con Arus fuera de TV3 para siempre. Buenafuente no hurgó en temas del corazón y fue amable.
Los tiempos han cambiado como la cara de Rociíto. Cada vez que TV3 intenta hacer contenidos del corazón recibe un varapalo. Nuria Roca fue la última en intentarlo en su fallido programa de mediodías de 2017, A tota pantalla. Cancelaron el programa de la Roca en un mes. Un fracaso. Los catalanes consumen prensa del corazón, mucha, pero elaborada fuera de TV3, que de esto no sabe. Ni falta que le hace.