Rocío Carrasco volvió a participar en el debate que analiza su documental 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'. Lo hacía para aclarar su versión sobre las cuestiones judiciales que le enfrentan con Antonio David Flores, el exmarido al que acusa de maltratarla desde hace más de 20 años. La principal, la que afecta al hijo David, que podría declarar en su contra por no haber pagado su manutención. Una maniobra que censura, evidentemente, al hacer pasar al joven con capacidades especiales por un aprieto muy desagradable. Se ve, sin embargo, que no es la primera vez que lo sufre: A.D. hizo lo mismo con la otra hija, Rocío: "ha presentado una querella en nombre de David, de mi hijo, y como él tiene 18 años quien tiene que presentar la querella y declarar sobre ella es él, no el padre, que lo ha vuelto en poner en esa tesitura". Explicaba, además, que el padre ha maniobrado para conseguir que si testifica, lo haga a distancia desde Málaga y evitar el encuentro con ella. Rocío ha presentado un recurso y no tiene muy claro que esto ocurra. No quiso responder, sin embargo, a cuestiones de fondo de la causa para no contaminar el proceso, ni tampoco se manifestó sobre la demanda de Flores contra la productora 'La Fábrica de la Tele', la nueva batalla legal del caso.
De la conexión sorprendió el tono triste y preocupado de la protagonista, comparado con la energía que desprendía el día de la entrevista en plató. También la puesta en escena de Rociíto, desde el salón de su casa. Una habitación blanca en la que destacaba un pequeño altar a sus espaldas. Una recopilación de objetos con cierto significado: por lo que había y por lo que no, también. Por ejemplo: un retablo con una virgen en el medio, que no se puede identificar por estar tapada por otra estatuilla, pero que podemos afirmar que no se trata de la Virgen de Regla, patrona de Chipiona, el pueblo de su madre Rocío Jurado. Un par de fotos antiguas en un marco, quizás también de su madre, y un recuerdo al musical sobre su figura, producido por Carrasco y Fidel Albiac. También vemos un pequeño cartelito de la serie documental, y un retrato dibujado a mano mientras grababa el testimonio. Por último, una ilustración en primero plano, sobre un poema de la poetisa feminista Nikita Gill, que habla de resurgir de las cenizas. Eso es todo lo que se podría reconocer a través de la pantalla. Lo que no se veía también sorprende: ninguna foto con Fidel o los hijos, especialmente David. Sólo ella. ¿Mensaje premeditado o descuido?
Rocío ha abierto su vida en canal y es normal que el público analice cada detalle de sus intervenciones. Pronto, parece ser, que la volveremos a ver: no en 'Got Talent', si no en una entrevista en Telecinco, poniendo punto y final a la gran bomba de la prensa del corazón desde hace mucho tiempo.