Es miércoles y toca en Telecinco capítulo de la entrevista a Rocío Carrasco, el número diez de los 14. Telecinco pone una vela en Dios y otra al diablo. Quién hace de quién depende de cada espectador. Tiene a la madre en Sálvame y La Fábrica de la Tele y tiene a la hija en El programa de AR. Ana Rosa es gato viejo y tenía a la hija el mismo miércoles al mediodía. Y se ha encarado a su madre para sacar el trapo sucio definitivo, el más inexplicable, lo que no tiene respuesta: por qué Rocío Carrasco no se habla con su hijo David Flores, discapacitado, desde hace siete años.
El chico ahora tiene 22 años y la madre pasa de él desde que tenía 15. Tiene una enfermedad genética que lo impide tener plenas capacidades intelectuales, el síndrome de Angelman. La hija, Rocío Flores, se ha encarado a Rociíto. Vídeo:
Rocío Flores: "Su equipo médico le impide que hable conmigo pero sí que lo hable con 4 millones de espectadores. ¿También le recomiendan que no hable con mi hermano? Ni una llamada en 7 años, ni por un cumpleaños ni preocuparse sobre su estado de salud". Boom. Suena el reproche en toda Telecinco. El hijo no agredió a la madre, no es el malo como pintan a la chica, y los tertulianos sibilinamente lo silencian. No existe. La negativa de Rociíto a ver a un hijo discapacitado se tapa.
Rocío Flores acaba: ""Voy a ver el capítulo de hoy. ¿Puedo decir algo? Han dicho que se eliminan 11 minutos de mi madre sobre mí para protegerme. Primero, si quieres proteger a tu hija no haces un capítulo hablando de tu hija. Pido a Telecinco que se emita completo, quiero escucharlo completo. Es irónico que digan que mi madre levanta teléfonos para que no se hable de mí y ella lo cuenta, sentencia en mano".
Y la remata: "Si no me llamas a mí, llama a tu hijo, por lo menos". En el momento de la agresión, ella tenía 15 años. Telecinco en pleno la ataca por aquello y calla sobre por qué la madre lo paga también con el hermano pequeño, David. En 14 capítulos todavía no le han preguntado por eso.